Gerard Piqué sigue con su tour de la Copa Davis. El central aprovechó unos días libres para ir a Nueva York a presentar su nuevo formato del torneo de tenis, también se dejó ver en la grada de un partido de Rafa Nadal. Allí atendió a medios de comunicación de Madrid.
En una de estas entrevistas, concretamente en el diario As, habló de varios temas y demostró quien manda en el vestuario del Barça. El 3 viajó el mes de agosto a Orlando sin el permiso del club. Se lo comentó a Valverde, el míster le dijo que “ni hablar” pero no le hizo caso.
Miguel Díaz, Ángel Garrido y Gerard Piqué en el acto de la nueva Copa Davis / EFE
“Unos días antes del voto de la ITF para aprobar nuestro formato hablé con él para decirle: ‘Escucha, Ernesto, tengo que ir porque hay dudas y mi presencia puede ayudar a que el proyecto salga adelante’. No quería decirle que era en Orlando. No me dijo que no, pero tampoco que sí. Luego jugamos la Supercopa contra el Sevilla y ganamos con un gol mío. Así que volví a hablar con él: ‘Ernesto, te acuerdas de lo que te dije, ¿puedo ir? Sólo me voy a perder un entrenamiento, y te aseguro que ganaremos el partido de Liga. No te preocupes’. Ahí ya aceptó y me preguntó dónde era. Le expliqué que en Orlando y se sobresaltó: ‘Ni hablar, es un viaje muy largo’. Yo insistí en que volvería y ganaríamos. Fui allí, se aprobó el formato y cuando regresé, ganamos”, explicó el central.
Más fútbol y menos tenis
Con sus 32 años sigue siendo clave, pero no se puede relajar. Parece que Gerard Piqué está poniendo poco a poco todo su interés en temas extradeportivos. Se le acostumbra a ver con el dueño de Rakuten -patrocinador del Barça-, con su Andorra o temas relacionados con la Copa Davis.
Él mismo reconoció esa obsesión con el mundo de la raqueta: “le dedico 24 horas y siete días a la semana de dedicación. Es el proyecto de mi vida y creo que estamos en el buen camino. Cuando crees en algo y tienes un equipo como el mío, trabajas todo lo que puedes para hacerlo realidad, y con esa pasión convences a la gente. Es el objetivo que tenemos y por eso le dedicamos tanto tiempo”.
Una foto de Luis Suárez, Gerard Piqué y Leo Messi durante un entrenamiento del Barça / FCB
Y añadió que “con el Barcelona juego y me entreno todos los días, pero cuando tengo dos o tres días libres hago como ahora, cojo un vuelo para estar en Nueva York, porque al final las cosas pasan hablando con la gente, escuchando a todos, especialmente a los jugadores, para ver qué necesitan, qué quieren y cómo puede ser mejor la competición”.
De Ligt era el fichaje
Leyendo estas palabras del central queda claro que el fútbol ya no es el motor de su vida y que poco a poco se le debe buscar un relevo de calidad. Este era -según la junta directiva- Matthijs de Ligt. Finalmente, el Barça no cedió a las presiones de Mino Raiola y desestimó esta inversión.
Sonó con fuerza Neymar e incluso se llegó a estudiar una operación que hubiera dejado las arcas del club muy tocadas. Cada día que pasa, parece que los problemas del equipo no es de talento sino de actitud. De eso, el holandés va sobrado.