Dar salida a Philippe Coutinho fue uno de los grandes objetivos del FC Barcelona desde que empezó el mercado de fichajes. Un propósito prioritario que encontró solución en la cesión del futbolista brasileño con su cesión al Bayern de Munich. Un préstamo por el que el Barça ingresará 8'5 millones de euros y con el que se quitó de encima una elevada ficha y un jugador que pese a las expectativas depositadas en él, no cumplió con el rol que se le asignño. 

El futbolista brasileño deslumbró en sus cinco primeros meses como azulgrana, cuando portaba el 14 y compartía vestuario con Andrés Iniesta, pero tras la salida del manchego, no encontró lugar óptimo en el verde. Ni como interior, ni como extremo. Su posición predilecta es la de mediapunta y ese puesto ya estaba ocupado por el intocable: Leo Messi. La segunda temporada, y la última de momento, fue decepcionante. Apenas participó en el juego del equipo, no impuso sus galones de estrella mundial cuando se le requirió y sus buenas actuaciones fueron demasiado intermitentes. Falto de físico, de potencia, de gol y, sobre todo, de confianza.

Una situación casi irreversible en el Camp Nou y que obligó al club catalán a buscar una salida pactada para el futbolista. Sonó con fuerza durante gran parte del mercado de verano como posible intercambio con Neymar Jr., su compatriota, pero la negativa del 7 azulgrana a recalar en el Parque de los Príncipes obligó a la entidad azulgrana a buscar otras opciones. Una de las primeras que barajó el club fue su posible regreso a la Premier League. Una competición donde se convirtió en la estrella que es hoy y en la que todavía mantenía, y mantiene, un buen cartel. 

El respeto por el Liverpool

La idea no desagradó al carioca, pero por respeto y afecto al Liverpool, el club que le dio todo, descartó otras opciones. Su prioridad, si tenía que volver a la liga inglesa, era hacerlo en Anfield. Volver a vestir de red para liderar al conjunto de Klopp. Un traspaso imposible económicamente para el club inglés que, además, tampoco hubiera abonado la cifra que pagó el club por un futbolista que había perdido un gran valor de mercado en la capital catalana.

Otra de las ofertas que más sonaron por aquel entonces fue la del Manchester United, pero el brasileño se cerró en banda. Solo quería regresar a Liverpool y de ser otro equipo no sería el histórico rival del Liverpool. Y ante su negativa, los dirigentes azulgranas recurrieron a un viejo conocido y con un estilo de juego al que podía adaptarse Coutinho: el Manchester City de Pep Guardiola.

Rechazado

Pese a las buenas relaciones que existen entre ambos clubs y la capacidad económica del City, el técnico catalán descartó la incorporación del brasileño. El Barça le ofreció una cesión remunerada, pero el de Sampedor alegó que el jugador no encajaba en sus planes tácticos para la próxima temporada. Una respuesta que cerró casi todas las opciones del carioca de regresar a Inglaterra y por la que se tuvo en cuenta la opción de la Bundesliga. Ni Tottenham, ni Arsenal convencieron al club ni al jugador.

Finalmente, el Barça consiguió un mejor contrato con el conjunto bávaro, que pagará más de lo que se propuso al City, pero poniendo rumbo a una liga desconocida en la que de momento, está volviendo a brillar.