Neymar Jr. se queda en París, pero el culebrón de este verano es solo la continuación de lo que se inició tras su salida del Barça el verano de 2017 y que está lejos de acabar. Las consecuencias que deja en ambas partes todavía están lejos de conocerse y tendrán que ser analizadas con el paso del tiempo.
Lo que está claro es que de momento la afición del PSG no le quiere, y que en la capital catalana la fractura entre los jugadores que incluyó el club y que finalmente seguirán de azulgranas puede provocar algunas rencillas internas. El Barça negoció a contrarreloj y en los últimos días de mercado por el carioca y para convencer a la entidad parisina incluyó a jugadores como Rakitic y Todibo como traspasados y Dembelé como cedido.
El francés fue quien, según fuentes cercanas a la negociación, dinamitó la operación por su negativa inamovible a salir del Camp Nou. Se negó en todo momento y pese a la insistencia de ambas partes por convencer al extremo, las negociaciones se rompieron.
La cantidad
Pero dejando a un lado los jugadores que el club catalán ofreció para abaratar el coste de la operación, todos de una calidad contrastada, los representantes azulgranas llegaron a ofrecer 130 millones de euros para traer de nuevo a Neymar a feudo azulgrana.
Esa es la versión que se da desde fuentes cercanas al club, pero que podría no corresponder a la realidad. Según el periodista del diario AS, Fernando Kállas, el Barça llegó a ofrecer "muchísimo dinero" por el jugador en la última oferta que propuso a Nasser Al-Khelaïfi y otros dirigentes parisinos. Una cifra que, por tanto, superaría esos 130 'kilos' iniciales y que podría llegar a loas 150. Una cifra casi imposible de rechazar por el PSG --más tres jugadores-- pero que no hizo dudar al gigante francés.
El precio mínimo era de 170 millones y una cantidad menor no llevaría a un acuerdo. Una postura que los dirigentes del club francés impusieron desde un inicio y que ahora deja otras lecturas. El PSG no sucumbirá jamás a los caprichos de sus futbolistas. Lo demostró con el caso de Adrien Rabiot, tras negarse a renovar, y lo ha vuelto a hacer con Neymar. Puño de hierro para aquellos que quieran hacer perder dinero a la entidad y mensaje claro para toda Europa.