Otro inicio difícil y otro final preocupante. El Barça dejó escapar dos puntos en El Sadar (2-2) ante un Osasuna peleón y que demostró desde el minuto uno por qué es equipo de Primera. Y más allá; arrebatarle la categoría será difícil. Han llegado para quedarse. Los hombres de Jagoba Arrasate tienen clara la idea de juego y ante los despistes defensivos del Barça supieron encontrar el premio en los primeros compases de partido y en el último suspiro. Roberto Torres brilló ante su afición para abrir y cerrar el marcador y mantener a su equipo como invicto en este inicio de temporada.
El Barça supo reponerse en una segunda parte que sacaron adelante los suplentes, pero no fue suficiente. El error de Piqué, el único destacable del partido, privó a los azulgranas de su segunda victoria consecutiva y deja tres lecturas claras: el equipo tiene banquillo y carácter, Valverde es un magnífico lector de partidos y, la preocupante, la defensa y sus despistes pueden costarle algún título al conjunto catalán.
La falta de concentración en los primeros minutos continúa siendo una de las asignaturas pendientes del FC Barcelona y la dinamita ofensiva tiene que verse compensada con la eficacia defensiva. Final frustrante para un Barça que pudo asaltar El Sadar 26 encuentros después, pero que agranda la leyenda del conjunto navarro. El Sadar continúa sin conocer la derrota desde hace 27 partidos.
Un Barça con plan B, a medias
Ernesto Valverde volvió a acertar. Repitió once inicial ante el Betis y pese a una mala primera parte de los azulgranas casi consuma la victoria. Entendió a la perfección las necesidades de su equipo y sin complejos cedió la presión al joven Ansu Fati. El canterano volvió a saltar al verde, esta vez sin una amplia ventaja en el marcador, y respondió. Brilló con luz propia y acaparó todos los focos.
El Barça se estrella en El Sadar y agranda la leyenda navarra
La conexión Masía surtió efecto. Centro de Carles Pérez y cabezazo de killer para poner el empate en el marcador. El juvenil tan solo necesitó 21 minutos, repartidos en dos encuentros, para estrenar su cuenta goleadora particular con el primer equipo. Ni él mismo se lo creía. La cantera no defraudó, pero tampoco el banquillo. Valverde recurrió a Arthur y el brasileño, que jugó sus primeros minutos de la temporada en partido oficial, se reivindicó. Asistencia de Carles Pérez --la segunda del partido-- y resolución de crack en el área para mandar el esférico al fondo de la red. Un gol también especial. Culminó una remontada que no pudo certificarse en el 90 y supuso el primer tanto del carioca en la Liga.
De leyenda
Los navarros no se dieron por vencidos. El Barça continuó con el guión establecido. Busquets volvió a brillar, De Jong recuperó y ejerció --aunque se salvó de la expulsión-- pero la defensa volvió a fallar. Esta vez fue Gerard Piqué. El central, intratable todo el partido, cometió unas manos inexplicables que supusieron la pena máxima para el Osasuna y que Roberto Torres no perdonó. Marcó su doblete particular para poner las tablas en el luminoso y levantar a toda una afición. Dos goles que suman un total de 101 en contra en la era Valverde. La estadística y las sensaciones, confirman las preocupaciones en defensa del barcelonismo.
Carles Pérez no pudo mejorar, esta vez, su carta de presentación. Tuvo el 2-3 en sus botas pero se tropezó con el césped tras una finta que había dejado sentado a Rubén. Mala fortuna cuando menos se esperaba. Los azulgranas volvieron a toparse ante un Osasuna intratable en casa. 27 encuentros sin conocer la derrota en casa y lo que es más ante el vigente campeón. Un campeón al que no se le da bien Pamplona y que suma ya 27 ocasiones dejándose puntos en sus enfrentamiento directos. Una plantilla de más de 1.100 millones de euros no pudo con el sacrificio, esfuerzo y trabajo de 25 jugadores que valen 42 'kilos'. El fútbol, demostró de nuevo, que las cifras no son todo.
El Barça se va de parón con cuatro puntos de nueve posibles, muchas bajas por recuperar y la necesidad de aclarar el culebrón Neymar. La cantera deslumbró, pero no fue suficiente y Griezmann esta vez, no pudo salvar la papeleta.