La etapa de Philippe Coutinho en el FC Barcelona ha acabado (de momento). Tras meses persiguiendo su salida, el club azulgrana encontró en el Bayern de Múnich el destino ideal para el futbolista brasileño. Estará cedido un año, el cuadro bávaro asumirá la totalidad de la ficha y se reserva una opción de compra de 120 millones de euros. Si la ejecuta, el período del mediapunta en Can Barça habrá terminado definitivamente.

Coutinho llegó al Camp Nou en enero de 2018 convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del club. Los azulgranas abonaron 120 millones de euros (más otros 15 en variables después) al Liverpool para hacerse con los servicios de un jugador que en ese momento era uno de los más talentosos de Europa.

Coutinho en su presentación como jugador del Barça / EFE

Coutinho en su presentación como jugador del Barça / EFE

A priori se presentaba como el relevo de Andrés Iniesta, aunque acabó siendo el sustituto de Neymar. En el momento en que se cerró el traspaso nadie podía decir que la cantidad pagada por él fuera desproporcionada teniendo en cuenta la inflación del mercado. Era uno de los mejores del continente, el FC Barcelona debía cubrir dos vacantes y Coutinho podía brillar tanto en la posición del como en la del 11.

Inicio prometedor

Philippe generaba ilusión. No podía jugar Champions debido a que ya lo había hecho esa misma temporada con el Liverpool, pero en ese momento era algo secundario. La confianza en que su fichaje saliera bien era total y aumentó cuando pisó el terreno de juego por primera vez con la camiseta azulgrana.

Coutinho celebra un gol con el Barça la temporada pasada / EFE

Coutinho celebra un gol con el Barça en su primera temporada / EFE

Debutó en Copa del Rey ante el Espanyol y gozó de su primera titularidad en el duelo liguero contra el Alavés. Se adaptó rápidamente al club y a la ciudad y mostró un gran nivel desde el primer momento. Se involucraba en el juego del equipo, se entendía a la perfección con Luis Suárez Leo Messi y mostraba desparpajo y atrevimiento. Era, en definitiva, un jugador diferencial, digno de valer 120 millones de euros.

Anotó su primer gol como azulgrana en la vuelta de semifinales de Copa del Rey contra el Valencia. En total, en su primer medio año en Can Barça marcó 10 tantos y repartió seis asistencias en 22 encuentros. Números de 'crack'. También firmó grandes actuaciones, con mención especial al 'hat trick' que firmó en la derrota frente al Levante, la única de esa liga. El 4-4-2 del equipo en muchos encuentros le sentaba como un guante.

Decepción

Vista su rápida adaptación, lo lógico era pensar que en su segunda temporada Coutinho deslumbraría y sería tan diferencial como lo fue en la primera. Anclado en el extremo izquierdo, completó un buen primer tramo de curso con algunos goles importantes como el que abrió la lata en el primer Clásico de la temporada. Pese a los tantos y las asistencias, empezó a ser un jugador demasiado intermitente que aparecía de forma ocasional en los encuentros. Siempre dejaba alguna acción de gran calidad, pero sin regularidad alguna.

Philippe Coutinho en un partido con el Barça / EFE

Philippe Coutinho en un partido con el Barça / EFE

Sufrió una lesión muscular a principios de noviembre y a partir de entonces desapareció definitivamente. Solo estuvo dos semanas de baja, pero el hecho que Dembelé le birlara la titularidad a final de año no le hizo ningún bien. Seguía teniendo minutos, pero perdió la confianza, el atrevimiento, el regate y apenas tenía participación en el juego del equipo. Las lesiones de Ousmane en los últimos meses y sus contínuas titularidades pese al pobre rendimiento que ofrecía no le devolvieron la confianza. Se convirtió en un jugador triste, desanimado y sin peligro alguno para los rivales.

Su pésimo nivel en los partidos decisivos de final de curso lo acabó sentenciando. En sus 38 últimos encuentros como azulgrana anotó seis goles (dos de penalti, dos a puerta vacía) y repartió una sola asistencia. Su venta se convirtió en una urgencia y, tras meses de búsqueda, el FC Barcelona se agarró a la cesión con opción de compra que ofrecía el Bayern de Múnich como si de un clavo ardiendo se tratara. Ha costado, pero el club azulgrana ha logrado sácarselo de encima y minimizar pérdidas con un jugador que llegó como una estrella y ha resultado un fracaso.