El FC Barcelona sufre una plaga de lesiones preocupante. En apenas dos semanas han caído tres jugadores, todos ellos delanteros. Las estrellas del equipo.
El primero fue Messi, con una lesión en el sóleo de su pierna derecha nada más regresar a los entrenamientos. En San Mamés fue el turno de Luis Suárez, también con problemas en el sóleo de la pierna derecha. El lunes, Dembelé sufrió una rotura fibrilar en el bíceps femoral de su muslo izquierdo.
Jamás es buen momento para lesionarse, pero el principio de temporada es especialmente comprometido, pues retrasa la puesta a punto de los jugadores a nivel físico. Una lesión puede ser casualidad, pero tres, todas ellas musculares, esconden un motivo detrás. Es evidente que la preparación física no ha sido idónea y hay una razón que lo explica: la doble gira de verano que realizó el club azulgrana. Y que habrá supuesto ingresos de 15 a 20 millones de euros.
Luis Suárez, sin preparación
Valverde advirtió que la pretemporada era "atípica". El equipo regresó a los entrenamientos la tercera semana de julio y, pocos días después, se desplazó hasta Japón para atender compromisos publicitarios con Rakuten y disputar un encuentro contra el Chelsea y otro ante el Vissel Kobe. Regresó a Barcelona y, una semana después, disputa del Trofeu Joan Gamper incluida, nuevo viaje, esta vez a Estados Unidos para seguir expandiendo la marca Barça. Y, a tan solo cinco días de empezar la Liga, vuelta a España para preparar el encuentro.
En total, cuatro cambios de continente en tan solo un mes. El último, a escasos días para que empezara la competición oficial. Evidentemente la lesión de Leo Messi no se debió a la gira de verano, pues el 10 se lesionó el día en que regresaba a los entrenamientos con el primer equipo. Su caso se reduce, simplemente, a la mala fortuna. Podría llegar al duelo ante el Betis.
Leo Messi señala a los fisios su problema / FC Barcelona
La situación de Luis Suárez es más alarmante. Regresó a los entrenamientos el miércoles 31 de julio y, tras menos de una semana de entrenamientos, embarcó a Estados Unidos. El club catalán estuvo tan solo cinco días en Barcelona, en los que disputó dos encuentros. Tiempo insuficiente para que el delantero uruguayo pudiera trabajar el apartado físico.
Y dos semanas después de volver, el charrúa fue titular en San Mamés. En la media hora que estuvo sobre el verde se intuyó que aún no estaba a tono, y un mal gesto lo condenó. Pidió el cambio y, cuando un futbolista como él, que siempre desea jugarlo todo, solicita salir, no es buena señal. No podrá jugar contra el Betis y se antoja complicado que pueda estar en el Sadar.
Dembelé, frágil
En el caso de Ousmane Dembelé se juntan dos motivos: su fragilidad muscular y la pobre preparación del equipo. El extremo francés ha sufrido seis lesiones desde que llegó al FC Barcelona, tres de ella en el muslo. En San Mamés notó molestias, pero pese a ello marchó hasta Senegal el fin de semana. El lunes, en la vuelta al trabajo, se rompió. Estará más de un mes de baja.
Ousmane Dembelé en el encuentro ante el Athletic Club / EFE
Es un futbolista al que le sobra talento y aptitudes para brillar, pero necesita una buena preparación física. Y no la tuvo. Volvió antes a los entrenamientos, pero resulta evidente que el periplo por Japón y Estados Unidos no le hizo ningún bien. A nivel deportivo la gira ha dañado al Barça. No solo se perdieron los tres primeros puntos de la temporada, sino también a dos jugadores de gran valía.