Antoine Griezmann vive su primera semana como jugador del Barça. Hasta la fecha todo son sonrisas y dinámicas positivas en las sesiones de entrenamiento que ha preparado Ernesto Valverde para los primeros días de pretemporada en la Ciutat Esportiva Joan Gamper hasta que se inicie la gira por Japón y China.
Junto a la primera tanda de futbolistas que concluyeron sus vacaciones la semana pasada --ya que no tenían compromisos internacionales-- Antoine se ha incorporado junto a Neto y Frenkie De Jong a la dinámica azulgrana bajo la tutela de algunos pesos pesados del vesturio culé como Rakitic, Piqué, Busquets o Ter Stegen.
Su aterrizaje a la capital catalana ha estado marcado por la polémica que persigue al jugador desde que el verano pasado rechazara la oferta del club catalán a última hora a través del documental que grabó con la productora de Gerard Piqué. Una decisión que dejó a la entidad sin su principal refuerzo ofensivo para la pasada campaña y que molestó profundamente a la directiva, al vestuario y a la afición.
La campaña para lavar su imagen ya ha empezado y con la directiva de su lado y la afición asumiendo su llegada, ahora solo falta por ver y saber cual será el recibimiento que le darán los otros capos del vestuario, especialmente, Leo Messi, capitán y líder del conjunto catalán.
¿Habrá cambiado de opinión?
Su llegada es un hecho, y mientras Messi se relaja con su familia en las playas del Caribe, el capitán deberá sumarse junto al resto de internacionales a los entrenamientos en las próximas semanas. Pero, ¿cómo será el recibimiento? Como capitán del equipo, Messi debe ceder e intentar que Griezmann se adapte lo antes posible al vestuario y al club. Por el bien colectivo y especialmente el suyo personal. El francés ha llegado para mejorar la ofensiva azulgrana, pero no para rendirle pleitesía.
Pese a que siempre se ha dicho que Messi y Suárez vetaron al francés tras su negativa el verano pasado, el argentino ha tenido una semana para asumir la presencia del francés en el vestuario. Una idea que en junio de 2018, antes del Mundial de Rusia, le parecía una idea estupenda: "Es un jugadorazo y nos entenderíamos. Está pasando por un momento de su carrera excepcional".
También, habló de lo que supondría este fichaje, ya que habría muchos jugadores para tan pocos puestos en labores ofensivas: "Queremos ser el mejor equipo del mundo y para eso buscamos tener a los mejores. Luego ya es problema del míster", espetó en aquel momento.
Unas declaraciones que su mejor amigo también había realizado meses antes. Luis Suárez habló en diciembre de 2017 sobre la posibilidad del fichaje de Antoine. "Tanto Griezmann como Coutinho son jugadores de élite que están a un grandísimo nivel y que por algo están donde están. Los dos son jóvenes y tienen mucho por delante y en el Barça siempre queremos tener a los mejores".
Primer aviso
Unas declaraciones que auguraban lo mejor para el barcelonismo y que cambiaron radicalmente en cuestión de horas cuando Griezmann decidió seguir en el Wanda Metropoitano un año más. Su decisión molestó profundamente al capitán. Habituado a no posicionarse públicamente, Messi hizo un gesto público para avalar su llegada.
Antoine Griezmann intenta detener una cabalgada de Leo Messi / EFE
Su negativa posterior se entendió como un desprecio al mejor futbolista del mundo que desde entonces nunca ha vuelto a pronunciarse sobre el francés. Luis Suárez, su compañero de ataque en el Barça, se expresó semanas después de Messi en el Mundial cuando ya se sabía que no recalaría en el Camp Nou.
Cambio radical
"Griezmann no sabe qué es ser uruguayo. Antoine, por más que diga que es medio uruguayo, es francés. El no sabe lo que tiene que hacer un uruguayo desde chico para llegar. De sentimientos, nosotros sentimos de otra manera".
Un año después, y tras cuatro años sin comparecer en rueda de prensa, el argentino volvió a posar ante los micrófonos en la previa de la Copa del Rey. La penúltima pregunta, como no podía ser de otra forma, fue para Griezmann. Tajante y con cara de pocos amigos espetó: "No opinaremos".
Bien, ahora tampoco tendrá que opinar públicamente, pero la relación entre ambos cracks centrará la atención de todos. De ser más que bienvenido, a ser vetado y hasta nueva orden. Por el momento Griezmann ya ha cedido. En una entrevista al club catalán aseguró: "Jugar al lado de él es una alegría increíble. Quiero saber cómo es en el día a día y en los entrenamientos". Es el turno definitivo de Messi.