Antoine Griezmann es jugador azulgrana. Posó por primera vez de forma oficial este domingo en el Camp Nou tras firmar su contrato junto a Josep Maria Bartomeu. Con el 17 a la espalda realizó los primeros toques ante la prensa y posteriormente habló de su pasado y de su futuro como azulgrana.
Un pasado del que aseguró que no se arrepiente, pero que no tiene cabida en su mente ni en su futuro: "He hecho varias cosas malas en el pasado, pero nunca me he arrepentido porque es algo que quería hacer en el momento" y añadió: "No era una decisión solo mía. Tengo una familia que mover, una hija que estaba en el cole, con amigas, a mi mujer la veía bien ahí, yo estaba bien, y quizá no estaba aún preparado para dar ese paso, me faltaba algo en el Atleti todavía por ver y este año ha sido diferente".
Dejó atrás su pasado y se mostró totalmente concentrado en el reto que se viene. Triunfar en el club catalán, hablar en el campo y conquistar los títulos que le faltan en su palmarés. El francés, que fue petición expresa de Ernesto Valverde, pero pese a que su nombre lo coloque, aparentemente, en el once titular del Txingurri desde inicio de temporada, Griezmann tiene trabajo por delante.
El proceso de adaptación
Llegar al Barça es distinto. Jugadores consagrados y de gran nivel llegaron al Camp Nou como estrellas, peor no triunfaron. Casos como el de Zlatan Ibrahimovic, Alexis Sánchez o incluso Coutinho. Ahora, es el turno de Griezmann. A su favor juega el background con el que llega y que tiene en la competición española. Conoce la Liga a la perfección, así como los rivales de Copa, y también conoce de primera mano la dinámica y exigencia de la Champions League, de nuevo el objetivo del equipo esta temporada.
Antoine Griezmann levanta el dedo pulgar en su presentación / CULEMANIA
Ahora, es momento de iniciar un proceso difícil para muchos: adaptarse al estilo azulgrana basado en el toque, la asociación y una figura que es el eje del equipo: Leo Messi. Un proceso costoso para casi todos, a excepción de elegidos como Arthur o parece que Frenkie de Jong, y que en su rol se centrará en la delantera.
Griezmann deberá encajar en una delantera que conforman Leo Messi y Luis Suárez como indiscutibles, con la presencia de Ousmané Dembelé y, de momento, Philippe Coutinho. Cinco estrellas mundiales para tres posiciones con muchas obligaciones.
Leo, exento de tareas defensivas
Una temporada más, el capitán volverá a estar exento de tareas defensivas. Su total libertad de movimientos en el campo, especialmente en la medular y en la zona de ataque obligará a Griezmann a mantener una de las imposiciones del Cholo Simeone: defender. Ya sea a través de una elevada presión ofensiva junto a Luis Suárez o de un repliegue veloz, el francés estará obligado a ejercer un rol distinto al que tenía hasta ahora en el Wanda donde él era el líder.
Una adaptación y unas obligaciones que también deberán trasladarse al juego ofensivo. Empezar a conocer los movimientos de argentino y uruguayo para ofrecer una conexión letal lo antes posible. Ninguno de los dos delanteros se incorporará en esta primera semana a los entrenamientos, pero habrá tiempo para trabajar los automatismos.
Los egos
Asimismo, si definitivamente llega Neymar Jr. el escenario se complicará al más para el galo. La MSN lleva sin jugar en bloque dos temporadas, pero conocen a la perfección sus virtudes y sus movimientos. Una complicidad que también se traslada fuera del terreno de juego y que sin duda también es una de las asignaturas pendientes de Griezmann. Convencer de que está aquí para sumar y encandilar al capitán y a su mejor amigo después del plantón de la temporada pasada.
En la rueda de prensa tampoco pasó por alto esa situación, pero bromeó sobre ello: "Ya veremos si Luis Suárez me habla. Aquí estoy, para cebarle mates", explicó entre risas. Con un tono similar habló de Leo al que preparará mates. El bien común del equipo pasa por la inclusión de Griezmann que viene a por todas a la espera de ver la reacción del capitán azulgrana. Los egos tendrán que quedar a un lado. Messi es el rey, pero Griezmann parece entender ese rol como en su día lo entendió Suárez.