Antoine Griezmann vivió este sábado sus primeras horas como futbolista del Barça. Tras oficializarse su fichaje este viernes --tras abonar los 120 millones de euros de cláusula de rescisión en la sede de LaLiga-- el jugador posó y habló por primera vez como jugador del club catalán en un primer acto programado y previo a la presentación que se realizará este domingo en el Camp Nou --a puerta cerrada-- así como la rueda de prensa posterior.
Griezmann llega al Camp Nou para formar nuevo tridente con Luis Suárez y Leo Messi en lo que se conocerá, al menos de momento, como la MSG. A la espera de ver cómo se desarrollan los acontecimientos y qué ocurre al final de este mercado de verano con la operación retorno de Griezmann, lo que está claro es que el mayor perjudicado con el aterrizaje del francés a la capital catalana es Philippe Coutinho.
Campeón de la Copa América con Brasil, ni el título sudamericano, ni la mejora que demostró en su país natal durante el torneo, le aseguran que vaya a tener un hueco determinante en la nueva plantilla del Barça. Su representante también fue claro este sábado. Quiere se le comuniquen las verdaderas intenciones del club con su representado para empezar o no a escuchar ofertas.
Una amenaza
La llegada del francés al Camp Nou se entiende como una amenaza directa para Coutinho. No es extremo, ni tampoco interior y el estilo del Barça no permite que pueda jugar de mediapunta con total libertad de movimientos. Una situación que de mantener a Luis Suárez como indiscutible en el once inicial, le relegaría al centro del campo, donde hoy por hoy, difícilmente podría competir con jugadores como Arthur, Busquets, Rakitic, Vidal o el recién llegado Frenkie De Jong.
Un escenario que no invita al optimismo y que deberá resolverse en el mercado o en el futuro más inciero que cualquiera pueda imaginar. Todo apunta de que el carioca, actualmente todavía el fichaje más caro de la historia del club, acabaría siendo carne de banquillo si no presenta un giro 180 grados en las próximas semanas.
Las dudas
El resto de dudas entorno a su convivencia son deportivas. Dejando a un lado y sin saber todavía que dorsal lucirá el francés esta temporada, su número es el 7 pero lo luce el carioca, las dudas se centran en aspectos deportivos. Coutinho para sustituir a Iniesta, pero no ha podido ni con el rol del manchego, ni con el rol de Neymar cuando se ausentaba por lesión o decisión técnica Dembelé.
Griezmann, con un perfil más explosivo, goleador y trabajador, llega con algunas similitudes. Acostumbrado a tener total libertad en el Wanda Metropolitano, la zona de acción del francés es muy similar a la de Messi, pero las diferencias, sostiene los informes técnicos, permitirán al astro argentino y al galo entenderse. Griezmann tendrá que adaptarse al juego de Messi. Hasta ahora jugaban en la misma banda y está por ver qué remedio impone Valverde.
Asimismo, también suma otro factor importante y que no ha tenido Coutinho: el carácter. Griezmann está acostumbrado a tener un rol de líder y asumir responsabilidades. Algo que Coutinho no ha sabido o no ha podido ejercer vestido de azulgrana. El francés tiene mayor experiencia en el campeonato, es más sacrificado y utiliza sus virtudes físicas, mientras que Coutinho le ha faltado físico y fuerza y carácter ganador. El 7 no es la única rivalidad que tienen ambos futbolistas antes de compartir vestuario.