Neto Murara ya es jugador del FC Barcelona. Fue presentado este martes en un acto sin afición en el que se le vio visiblemente emocionado de llegar a la capital catalana. Conoce su rol y sabe que será el suplente de Ter Stegen, pero mostró ambición por los retos que se le vienen en la Cituat Esportiva. Mantener el nivel, mejorar y ser una competencia directa para el guardameta alemán.
Lo dejó claro ante los periodistas tras posar para los fotógrafos: "Lo que me ha traído aquí son las ganas de mejorar y de crecer. Vengo a trabajar y a demostrar. "Respeto a Marc (Ter Stegen) como a todos mis compañeros. Cuanto más subamos el nivel, mejor" y añadió: "La Champions es mi reto, soy una persona ganadora. El Barça todos los años lucha para ganarla y es un orgullo para un profesional. Vengo para ser parte de esta historia y quiero dejar mi marca".
Un sello por dejar y que de momento empieza con dos factores clave: el primero, será el guardameta de la Copa del Rey que este año será a un único partido hasta semifinales. El segundo, hereda el dorsal 13 de Jasper Cillessen y de otros tantos guardametas azulgranas.
Un dorsal difícil
Neto recoge el número 13, el mismo dorsal que lucía en el Valencia y que para algunos es el número del suplente. No siempre es así. Los guardametas tienen predilección por el 1 o el 13, y en este caso parece que Murara prefiere las dos cifras. Dos cifras que en el Valencia lucía como guardameta titular en Liga y Champions y que ahora vestirá como suplente.
Una condición que en el club catalán se da con ese número desde 1995. Fue en la temporada 1995-96 cuando los dorsales pasaron a ser fijos para cada jugador del primer equipo. El primero en lucirlo fue Jesús Angoy quien militó tres temporadas como azulgrana pero apenas jugó nueve partidos oficiales. Fue el suplente de Zubizarreta y más tarde de Carles Busquets.
Un dorsal que lució Busquets en la temporada 1996-97, pese a que siempre fuera el dorsal al que le relegaba el banquillo. Busquets fue el suplente de oro desde 1990 hasta la salida de Zubizarreta, indiscutible bajo los palos del Camp Nou.
La excepción
Llegó entonces Ruud Hesp quien se convirtió en el primer portero holandés del club. Rompió con la tendencia y con el 13 a la espalda disputó desde 1997 al 2000 procedente del Roda JC y jugó 95 partidos como portero titular. Tres años más tarde puso rumbo al Fortuna Sittard.
Una foto de Pepe Reina durante un entrenamiento del Barça / FCB
Llegó entonces el apreciado Pepe Reina, quien militó como azulgrana del 2000 al 2002. Su primera campaña fue titular con el 13 a la espalda pero la llegada de Bonano en 2001 le relegó la mitad de partidos al banquillo. Desde entonces, el 13 se convirtió --si no lo era ya-- en el dorsal de los eternos suplentes.
Banquillo asegurado
Tras la salida de Reina, llegó José Manuel Pinto. El actual músico y productor estuvo en el club durante siete temporadas a la sombra de un Víctor Valdés intratable. Con el 13 a la espalda, ganó dos Copas del Rey. Su salida del club, se dio por la obligación de traer a dos cancerberos del máximo nivel.
Y mientras Ter Stegen se ganaba su sitio, apareció Claudio Bravo para poner contra las cuerdas su papel. El chileno fue titular con el 13 en Liga, mientras que Ter Stegen jugaba la Champions y la Copa. Un total de 69 partidos con la elástica azulgrana hasta que finalizo su vínculo con la entidad catalana.
Su salida dio la titularidad en Europa y Liga a Ter Stegen y Jasper Cillessen aterrizó en el Camp Nou en 2016. Tres años donde ganó dos Copas del Rey que ahora será cuestión y tutela de Neto. El brasileño será el octavo portero en lucir ese dorsal desde que son fijos. Relegado a la suplencia, tiene ganas de demostrar, pero al nivel de Ter Stegen lo tendrá difícil.