Philippe Coutinho cerró la temporada con una sonrisa. Campeón con Brasil de la Copa América tras una temporada para olvidar en el Camp Nou y un futuro muy incierto. No era momento de disipar dudas ni abrir el debate sobre su futuro equipo, pero el brasileño es una opción real para el club catalán en cuanto a las ventas.
Tras concluir la temporada, elimiandos de la Champions y destronados por el Valencia en la Copa del Rey, la figura de Coutinho acabó sentenciada. La afición tenía --y tiene claro-- que no es el jugador que se esperaba cuando fichó por la entidad azulgrana en invierno del 2017. Es un futbolista de clase mundial, pero como muchos otros, no consigue despojarse de sus dudas personales y desarrollar su juego vestido de azulgrana. No ha triunfado en el Camp Nou como se esperaba. Pese a su buen papel en la Copa América, donde se vio obligado a asumir el rol de líder tras la lesión de Neymar Jr., la revaloirzación del jugador es una realidad que hace sonreír a Josep Maria Bartomeu.
Su salida no está asegurada, pero que realizara un buen papel en la competición sudamericana era prioritario para recuperar su cartel internacional y revalorizar su precio de mercado. Por él se abonaron 160 millones de euros, y antes de viajar a Brasil apenas se podían pedir por él 100 millones. Un escenario muy distinto ahora que es campeón y que ha sido una pieza fundamental del esquema de Tite.
Sin el extremo en el verde, Coutinho ha tenido toda la libertad y confianza del seleccionador carioca para moverse a su libre albedrío por el terreno de juego. No ha recuperado su mejor versión, pero ha demostrado calidad, atrevimiento y carácter.
A negociar
La expectación era máxima. En una final, en el regreso a su estadio y ante su público: "Voy a jugar en mi ciudad, estoy muy feliz. Tengo la oportunidad de jugar una final de la Copa América muy cerca de donde solía vivir. Espero que podamos ser muy felices en la final", explicó tras clasificarse. Ahora, se abren distintas posibilidades y entre todas ellas hay muy pocas posibilidades de que acabe vestido de azulgrana. Su continuidad en la capital catalana es casi imposible, y por ello el club catalán esperan poder encontrar un comprador que esté dispuesto a abonar algo más de 100 millones de euros por el mediapunta.
Un precio que pocos clubs pueden alcanzar, pero que no es inalcanzable para clubs estado como el PSG, Manchester United o Manchestrer City, entre otros. Volver a la Premier no entra en sus planes. Su pasado en el Liverpool pesa demasiado como para reforzar a un rival histórico de la entidad red y la opción que más le convence es recalar en París.
Asimismo, el mediapunta gusta al presidente del club parisino, y sería el sustituto de Neymar Jr. en una hipotética salida del extremo. El primer objetivo se ha cumplido y ahora viene el más difícil. Negociar por el futbolista a precio de estrella para reducir y amortizar la inversión que se hizo por él.
Desde el Barça, esperan que regrese a mitad de la pretemporada si no se concreta un traspaso antes. Son días de descanso para el vigente campeón de la Copa América en los que deberá decidir su futuro.