Antoine Griezmann, como se presuponía, no acudió este domingo a la convocatoria del Cholo Simeone para iniciar la pretemporada con el que todavía, por contrato, es su club. Los jugadores rojiblancos estaban citados a las 20.30 de este domingo para poner rumbo a Estados Unidos e iniciar la pretemporada en tierras norteamericanas, pero parece ser que la idea de viajar 10.000 kilómetros no convenció al delantero.
Tampoco le motiva especialmente la situación que podría encontrarse en el vestuario. Griezmann sabe que en breve se oficializará su fichaje por el Barça, pese al malestar que hay entre ambas entidades por los hechos ocurridos en las últimas horas, y además ya anunció su salida del club madrileño antes de empezar las vacaciones.
Sin acuerdo con el club catalán por el traspaso, donde todavía existen diferencias sobre la forma de pago, el Atlético comunicó a Griezmann el viernes que debía presentarse en Majadahonda junto al resto de compañeros. Una petición que su abogado negó y por la que alegó un posible estrés emocional tras haberse despedido de compañeros y aficionados semanas atrás. Asimismo, también recordó que los futbolistas tienen tienen derecho a 30 días de vacaciones y han pasado 26 desde que se disputó el Francia-Andorra.
La sanción
Con ambas partes enfrentadas y con sus cartas sobre la mesa, el Atlético de Madrid valora ahora aplicar una sanción al delantero francés. El club podría abrirle un expediente por indisciplina ya que legalmente tiene contrato hasta 2023. La sanción será económica, pero todavía se desconocen las cifras.
Mientras que el importe podría oscilar entre 3.000 y 5.000 euros al día, que se irían acumulando hasta que se confirmará su salida o volviera a los entrenamientos, en GOL apuntaban a que la sanción podría llegar al 4% de su sueldo, es decir, 60.000 euros.
Antoine Griezmann en un partido con el Atlético de Madrid / EFE
El francés tiene claro que no volverá a reincorporarse al equipo y el Atlético de Madrid recuerda sus obligaciones como colchonero. Empiezan las prisas.