Punto y final a una historia llena altibajos. Denis Suárez puso fin a su andadura como azulgrana este domingo después de que el Barça y el Celta de Vigo llegaran a un acuerdo por el traspaso del jugador. La entidad gallega pagará casi 13 millones de euros por el centrocampista que finaliza así su vínculo laboral con el club catalán tras cinco temporadas entre el filial, el Camp Nou y otros destinos.
Un fichaje marcado por la ilusión de un joven al que le llamó el mejor club del mundo a sus 20 años, en el que se depositaron grandes esperanzas que nunca llegaron a cumplirse. Nunca tuvo sitio ni tampoco continuidad. Denis vuelve a casa, a su tierra natal y el club en el que dio sus primeros pasos como profesional, tras un periplo de azulgrana sin éxito.
Una andadura prometedora
Denis marcaba diferencias desde joven en la medular. Técnica, visión de juego y capacidad ofensiva llamaron la atención del Celta de Vigo que lo incorporó en 2009 a su cantera, para debutar con 16 en el filial. Una andadura que duró poco. El Manchester City abonó casi un millón de euros para llevárselo a tierras británicas, donde jugó su primer partido como profesional ante el Aston Villa en la Copa de la Liga mientras jugaba en el filial.
Tres años en Inglaterra pusieron al gallego en la órbita azulgrana. En verano de 2013, aterrizó en la Ciutat Esportiva por 1'8 millones de euros para poner orden y criterio en la medular del filial azulgrana. Indiscutible en el B, jugó 36 partidos con el filial, anotando nueve goles y dando 11 asistencias. Una temporada donde destacó, pero los planes del primer equipo cambiaron su rumbo. Sin sitio en el centro del campo del Barça, el club optó por cederle al Sevilla --como parte del pago por el fichaje de Ivan Rakitic-- para que cogiera experiencia de primer nivel.
El regreso
Una temporada en Sevilla con Unai Emery, que le consagró en la élite. Disputó la Europa League y hasta 46 encuentros con la elástica sevillista, pero anuló su contrato con la entidad andaluza para recalar en Villarreal en el verano de 2015 por cuatro millones de euros. Una temporada bajo las órdenes de Marcelino --según él mismo, el mejor entrenador que ha tenido jamás-- quien sacó su mejor rendimiento y por el que el club catalán efectuó la opción de recompra en 2016 por tres millones.
Una foto de Denis Suárez durante un partido con el Villarreal / EFE
Dos temporadas alejado de la capital catalana y un regreso prometedor, pero frustrado. Regresó como jugador del primer equipo bajo las órdenes de Luis Enrique, pero nunca fue una opción real para el técnico asturiano. Relegado al banquillo, en su primer año, que se consideró de adaptación y consolidación al primer equipo. Un balance de 36 participaciones en todas las competiciones en las que marcó tres goles --un en Liga y dos en Copa-- y dio cinco asistencias.
La pesadilla
Denis tuvo dudas y estuvo en la puerta de salida del verano 2017, pero la llegada de Ernesto Valverde le mantuvo en el Camp Nou. Una medular con muchos titulares indiscutibles, pero que se presentó como una oportunidad para demostrar, definitivamente, su calidad en la sombra de Busquets, Rakitic e Iniesta.
Decidió quedarse, pero el Txingurri apenas le dio oportunidades en sus dos temporadas en el banquillo del Camp Nou. Un total de 27 apariciones, en todas las competiciones, que arrojan un total de 1.123 minutos en la temporada 2017-18 con tres goles y cinco asistencia. Una situación que también le obligó a valorar una posible salida en el verano de 2018 que se culminó en invierno rumbo al Arsenal.
Tras una primera vuelta con muy poco protagonismo, ocho partidos, se reencontró con Unai Emery como gunner para terminar la segunda vuelta de la temporada en el Emirates. Una opción que no ha acabado de convencer al jugador, ni tampoco al club inglés, y que ahora termina con Denis en el club que le dio su primera oportunidad al máximo nivel. Se acaba un lustro en propiedad azulgrana para volver a "sentirse futbolista", su prioridad actual.