El FC Barcelona iniciará en los próximos días la verdadera revolución que se espera en el Camp Nou. No tan sonada ni profunda como la que está ejecutando Florentino Pérez en el Real Madrid, pero también necesaria. Un cambio importante en la estructura de la plantilla y en los roles de poder que liderará un año más en el terreno de juego Leo Messi.
El astro argentino es el único y verdaderamente intocable. La base de los cimientos en los que se sostiene, y así será hasta su retirada, el juego del Barça. Líder, figura y capitán con el que el resto de la plantilla debe colaborar para hacer determinante su influencia en el juego. Para ello la dirección técnica y el staff han realizado una lista de jugadores clasificados en tres categorías: la de transferibles, la de jugadores importantes y otra de intocables, que siguen al crack rosarino.
Tres esferas para etiquetar a los futbolistas de un primer equipo en que más de una quincena de jugadores podrían terminar saliendo. Dejando de lado los Cillessen, Rafinha o los cedidos Denis Suárez y André Gomes, que son ventas de total prioridad antes del 30 de junio para cuadrar las cuentas, nace la nueva pirámide del vestuario culé.
Intocables por honores
Con Messi a la cabeza, hay cuatro jugadores que son intocables y que formarán parte de la última fase de la era Messi en busca de reconquistar el trono europeo y mantener la hegemonía en España. Cuatro nombres que conforman la columna vertebral del equipo. Bajo palos Marc André Ter Stegen, en la zaga Gerard Piqué, en la medular Sergio Busquets y en la banda izquierda y como mejor socio del capitán Jordi Alba.
Una foto de los jugadores del Barça tras la derrota en Anfield ante el Liverpool / EFE
Algunos de ellos, como el lateral y el centrocampista, quedaron señalados a final de temporada pero no se contempla su salida. En primer lugar por lo que suponen para la entidad y en segundo porque serían ventas muy impopulares entre la afición. Sin embargo, desde la directiva hay quien piensa que alguno está un tanto endiosado y no les importaría darles puerta. Jugadores que han vivido momentos irregulares dada la falta de competencia en su demarcación, pero cuya salida podría dejar tocada a una directiva que dificilmente encontraría mejores sustitutos en el mercado.
Cuatro jugadores elegidos, pero que no serán intocables para el entrenador y cuyo rendimiento estará vigilado con lupa. Además, la prioridad del club es traerles nueva competencia.
Supeditados a una gran oferta de mercado
De esos cinco escogidos, subyacen el resto de jugadores preferiblemente intransferibles, pero no tajantemente. Una segunda tanda de futbolistas que se antoja casi imposible que abandonen el Camp Nou este verano, pero por los que en algunos casos se escucharían ofertas si reventaran el mercado como por ejemplo, el caso de Sergi Roberto. Al canterano le siguen las recientes incorporaciones de Clément Lenglet y Arthur Melo, Carles Aleñá, Dembelé y Luis Suárez.
Todos ellos futbolistas determinantes y que lo han jugado casi todo --a excepción del de Mataró recién incorporado al primer equipo esta temporada-- y que se consideran fundamentales para el proyecto actual o con miras al futuro. En el presente destaca el uruguayo. Con su garra y su ambición y con la protección innegable de Messi, tiene cada vez más enemigos en la cúpula, conscientes de que el tiempo no pasa en balde.
Los jugadores del Barça celebrando un gol en la Champions League / EFE
El resto, por juventud y proyección, están avalados para continuar en feudo azulgrana, al menos, esta temporada que viene. Casi todos fueron protagonistas durante la temporada pasada y estuvieron a tres partidos de conquistar el tercer triplete de la historia del club.
En venta
Hasta aquí un total de 11 jugadores que podrían conformar perfectamente el equipo inicial de Ernesto Valverde. El resto totalmente transferibles y, en algunos casos, ya se les está buscando destino. El primero es Philippe Coutinho que tras una temporada y media de azulgrana no ha rendido al nivel esperado.
Las negociaciones del jugador con el PSG están encaminadas y solo el precio impide que se cierre una operación que también dependerá del papel que tenga en la Copa América. El mismo panorama tiene Samuel Umtiti. Su negativa a pasar por el quirófano aún escuece en las altas esferas del club y pese a que su precio se sabe que ha descendido una buena oferta de la Premier le alejaría de la capital catalana.
Rakitic es uno de los intocables de Valverde, pero tras reunirse con la dirección deportiva cedió. Le quiere en el equipo y le considera vital, una extensión de su persona en el verde, pero de llegar una oferta elevada comprendería su marcha.
También tiene se habla del posible traspaso de Nélson Semedo, aunque desde el club dicen que es intransferible. El portugués no está contento con su participación en el equipo y tampoco se ha ganado un rol de titular indiscutible. La subida de Wagué al primer equipo podría abrirle las puertas siempre y cuando alguien abone unos 50 millones de euros.
En busca de nuevo desttino
Todibo seguramente deberá buscar una salida para tener minutos, aunque está muy pendiente de lo que pase con De Ligt y Umtiti. Y Malcom, por su parte, quiere seguir pero el ostracismo al que le tiene condenado Valverde invita a pensar en su salida.
Con Murillo y Boateng de regreso a sus respectivos equipos y Vermaelen que se marchará por finalización de contrato, solo queda Arturo Vidal. Su temporada en el Barça ha convencido y no se baraja la posibilidad de su salida a no ser que ocurriera como con Paulinho, aunque a ojos del cuerpo técnico, se consideraría una pérdida mayor. Tan solo una gran oferta le sacaría del Barça.
Rakitic y Arturo Vidal en el Camp Nou / EFE
Una decena de jugadores que, con las peculiaridades de los casos Semedo y Vidal, están en la cuerda floja, como los citados Cillessen, Rafinha y Denis: el club busca capital para dar salida a unos jugadores que son totalmente transferibles. Jugadores que no serán protagonistas si se quedan y deben dejar paso a las nuevas incorporaciones como Frenkie De Jong, los futuros fichajes como Griezmann y la ascensión de canteranos como Riqui Puig.