Griezmann o Neymar. Neymar o Griezmann. Es la pregunta del millón que se repite el barcelonismo durante las últimas semanas generando una gran controversia y que ahora se traslada al vestuario azulgrana.
Las informaciones en torno a ambos jugadores invitan al optimismo de aquellos que desean su traspaso al Camp Nou. Mientras que algunos aseguran que el fichaje del francés está cerrado desde hace meses, Bartomeu llama a la calma. Hay que esperar al 1 de julio para que se rebaje su precio y hasta entonces pueden darse escenarios distintos que cambien el rumbo de lo aparentemente pactado.
La situación es muy similar a la que se vive con Neymar. Las declaraciones de Nasser Al-Khelaïfi generaron un cisma en el mercado. Por primera vez, el jeque árabe abrió la puerta a una posible salida del brasileño del Parque de los Príncipes. En el club francés saben de primera mano que el carioca cree firmemente que se equivocó al salir del Barça y su mayor deseo es el de regresar a la capital catalana para formar de nuevo tridente con Messi y Suárez.
Que acabaran los dos vistiendo de azulgrana es una posibilidad tan remota como casi inviable para el club --económicamente y casi también deportiva— pero conformaría una ofensiva más que temible en Europa. Lejos de analizar qué alternativas deportivas ofrecerían ambos, juntos o separados –una decisión que concierne a Ernesto Valverde— el vestuario también tiene mucho que decir. La unión para recuperar el trono en Europa es total, pero ambos fichajes dividen tímidamente a los partidarios del francés y a los partidarios del carioca.
El núcleo fuerte
Neymar juega con ventaja. Pese a su salida del club, por la puerta de atrás y a última hora, sus compañeros guardan buen recuerdo de él. Se conquistó el segundo triplete de la historia con la MSN y estaba llamado a ser el sucesor de Messi.
El capitán y Luis Suárez son dos de los partidarios del regreso de Ney, junto a Arthur, amigo y compañero de selección, así como también Rakitic. Piqué, otro peso pesado del vestuario no vería con malos ojos su regreso, pero al central le gustan ambas incorporaciones. Son jugadores de peso con currículum de azulgrana y que tienen voz en los planes de la entidad, especialmente el capitán.
Una foto de Suárez, Messi y Neymar tras proclamarse campeones de la Champions League en 2015 / EFE
Frente a ellos se encuentran jugadores con menos presencia en el vestuario y que podrían abandonar el club este verano. Futbolistas como sus compatriotas Umtiti y Dembelé –totalmente transferibles si llega una buena oferta—o también Lenglet, Jordi Alba, Busquets o Semedo.
El clan francés
Mientras los franceses siempre se han postulado cerca de Griezmann, su buena relación personal augura un buen recibimiento. El problema es el aparente veto que habrían puesto meses atrás las ‘vacas sagradas’ y que poco a poco se ha ido reduciendo. También Semedo prefiere al francés. Se las tuvo tiesas con Neymar en la pretemporada de 2017, justo antes de su fuga al PSG. Alba, más de lo mismo. Desde que salió el carioca la banda izquierda ha sido una autopista donde proyectar su vertiente ofensiva y el regreso del brasileño supondría de nuevo quedar relegado a la defensa, que no olvida que en la última etapa de Luis Enrique le condenó al banquillo más a menudo de lo que esperaba.
Antoine Griezmann en un partido con el Atlético de Madrid / EFE
Piqué tiene voz y voto pero conoce al francés y al brasileño y cualquier opción le parecería una buena elección. De hecho, el central estuvo inmerso en las dos polémicas. Protagonizó el "se queda" con Neymar antes de su fuga al PSG y participó en el documental de Griezmann para dar calabazas al club blaugrana, La Decisión. El vestuario quiere que lleguen refuerzos que aumenten la competitividad del equipo, pero la voz de Messi y Suárez tiene un peso mucho mayor que el del resto de jugadores.
Eso sí, no es solo una cuestión interna. Para ambos fichajes será fundamental el visto bueno de Ernesto Valverde y su cuerpo técnico y también el de la dirección deportiva quien, de momento, se postula totalmente a favor de la llegada de Griezmann.