Matthijs De Ligt no lo tiene claro. O mejor dicho, cada vez tiene más decidido que su sitio no está en el Barça. El central holandés tiene muchas dudas entorno a su titularidad y su rol en el club catalán dada la presencia de Gerard Piqué y Clément Lenglet como centrales titulares y parece ser que ya no es solo una cuestión económica.
El fichaje parecía casi acordado por 75 millones de euros, pero el PSG y las comisiones de Mino Raiola han conseguido que el club francés y el representante acerquen posturas. Los contactos han sido continuos y el club parisino ha jugado su baza. Es la venganza por el fichaje de De Jong y esta vez parece que acabará en beneficio de Nasser Al-Khelaïfi.
En el Barça preocupa su decisión final y el pesimismo es evidente. Si decide no venir se perderá la oportunidad de firmar a un zaguero de futuro y proyección por un precio elevado, pero que presumiblemente ostenta un precio más bajo del que podría alcanzar en un futuro.
No es solo el dinero
Uno de las diferencias que ha tenido el club con el jugador ha sido la ficha. El central quiere cobrar más dinero del que el club catalán puede ofrecer y las exigencias de Mino Raiola han acercado al jugador al PSG. Pese a las diferencias económicas, parece ser que no son el único motivo de peso para el defensa.
Según informó el periodista Alfredo Martínez, el fichaje del todavía ajacied está "descartado". La decisión final no solo ha sido por cuestiones económicas si no también por motivos deportivos. Al parecer, el holandés no se ve indiscutible en el Camp Nou y a su edad prioriza los minutos y el crecimiento deportivo a recalar en una gran entidad.
Una decisión que los más cercanos al futbolista así como leyendas holandesas y azulgranas no comparten, pero respetan. El Barça se queda sin central de época a la espera de un cambio repentino de los acontecimientos.