El Barça despide otra temporada más sin tener un delantero suplente de nivel que le ponga las cosas complicadas al titular. Luis Suárez iniciaba el curso como referencia ofensiva indiscutible. Como suplente estaba el canterano Munir el Haddadi, que apenas gozaba de minutos.
Su falta de oportunidades le llevó a fichar por el Sevilla en el mercado invernal y el club catalán estuvo obligado a incorporar a un sustituto. Los nombres fueron muchos y muy variados. Llegó a sonar con fuerza el fichaje del delantero del Chelsea, Álvaro Morata, pero finalmente se fue al Atlético de Madrid. El que sí que se incorporó fue Kevin-Prince Boateng, sin apenas participaciones.
Las dificultades de fichar a Morata
Morata estuvo muy cerca del Barça en enero pero su incorporación no convencía del todo. Miembros de la junta directiva fueron sus principales valedores. Sin embargo, el precio que pedían los ingleses era muy elevado para un teórico suplente. El Barça venía de pagar el traspaso de Frenkie de Jong y otra inversión de nivel descuadraría las cuentas: actualmente hay un desajuste de 70 o 80 millones de euros. El delantero se fue al Wanda cedido seis meses a cambio de siete millones de euros.
Morata celebra un gol con el Chelsea / EFE
Más allá de temas económicos, hubiera provocado un problema deportivo que el equipo técnico no quería afrontar. El club blaugrana iba como un tiro a por el triplete y se buscaba no tocar mucho las líneas. Según informó la noche del martes El Club de la Mitjanit, Ernesto Valverde vino a decir algo como “si lo traes, me creas un problema”, en términos aproximados, cuando se lo propusieron.
El entrenador se refería a la gestión del vestuario. Hubiese creado dificultades para hacerlo convivir con Luis Suárez y Leo Messi, titulares indiscutibles. El 30 de junio, Morata vuelve a Londres pendiente de cual será su próximo destino. Suenan el Inter de Milán y el Atlético de Madrid. Veremos si el Barça entra de nuevo en juego.
Jovic, el mismo problema
Luka Jovic interesó y mucho en el Camp Nou. El flamante fichaje del Real Madrid estuvo muy cerca de firmar por el Barça pero finalmente el club tiró la toalla y dejó paso a los blancos. El Eintracht de Frankfurt pedía una cantidad económica muy elevada -60 millones de euros- por una promesa de 21 años.
Jovic celebrando un gol con el Eintracht de Frankfurt / EFE
Si este fichaje se pagaba en enero, las cuentas económicas del club descuadrarían aún más. Actualmente hay un descuadre entre los ingresos y los gastos, lo que hacía imposible su fichaje.
Deportivamente, se encontraban con un problema similar al de Álvaro Morata. El joven ariete aspira a ser titular en un grande y Valverde no quiere prescindir de los servicios de su delantero titular. La mayoría de las propuestas que tenía Jovic sobre la mesa le garantizaban minutos y, finalmente, ha escogido el Santiago Bernabéu.