Leo Messi tiene otra oportunidad única para llevar a su Argentina querida a la gloria: la Copa América. Es el deseo que persigue desde que es jugador absoluto y que ha repetido durante años. Concentrado con la selección albiceleste desde la semana pasada, el capitán azulgrana tuvo que ver la horrorosa final de la Champions League desde su país natal. Un partido que coronó al Liverpool como campeón de Europa en Madrid, un año después del desastre de Kiev, pero que sin embargo, no pudo generar dudas de peso sobre los posibles rivales que el argentino tendrá --o debería tener-- en el podio por el Balón de Oro de este año.
Un encuentro gris, tosco, sin ritmo, sin fútbol y marcado por un penalti en el minuto uno de partido que evitó, o no, que en el Wanda Metropolitano se viviera una auténtica fiesta de fútbol. Dos equipos seguros en defensa que no quisieron tener problemas cerca de su área, pero que evidenciaron las carencias ofensivas en partidos decisivos como el de este sábado.
Una final que llevaba el nombre del Barça y que un inmenso tropiezo en Anfield frustró al mundo del verdadero espectáculo que debe ser la final de la máxima competición europea.
Messi, sigue siendo el mejor
Todas las estrellas llamadas a brillar en la noche más importante de sus carreras deportivas desaparecieron. Salah, Fimino y Mané apenas generaron ocasiones de gol y del lado londinense, Kane, Eriksen o Son también pasaron desapercibidos. Muchos nombres para tan poco fútbol.
Una foto de Mo Salah en una disputa durante la final de la Champions League / EFE
Y con medio mundo preguntándose si realmente fue una final de la Champions, Messi es el más beneficiado. De todos aquellos que aseguraban que el ganador del Balón de Oro debía salir de la final de la Champions deben quedar pocos. Nadie brilló, a excepción de Alisson y Van Dijk, pero incluso el central holandés se rindió a Messi tras recibir el MVP del partido.
Messi no estuvo en el Wanda, pero cuánto se le echó de menos. Ahora su próximo reto es la Copa América con la que podría certificar su firme candidatura a conquistar su sexto galardón. Campeón de la Liga, pichichi en Champions y Bota de Oro. Además de subcampeón de la Copa del Rey y semifinalista en Europa. Dos noches han manchado una temporada del 10 para recordar, que todavía puede empañar con la albiceleste.