Antoine Griezmann anunció hace unos días su decisión de salir del Atlético de Madrid cuando finalice la presente temporada. Su cláusula de rescisión descenderá hasta los 130 millones de euros a partir del 1 de julio y el FC Barcelona parece el gran aspirante a hacerse con los servicios del futbolista galo.
Una vez abandone el Wanda Metropolitano, Grizou tendrá el reto de superar la maldición que persigue a todos los grandes futbolistas que se han marchado del conjunto colchonero en los últimos años. Algunos han fracasado y no han llegado a tener la transcendencia que tuvieron cuando vestían de rojiblanco. Otros, pese a brillar con su nuevo equipo, no han logrado lo que todo jugador ansía: títulos.
Si hablamos de fracaso, no hay mejor ejemplo a no seguir para Griezmann que el de Arda Turan. El FC Barcelona pagó 34 millones de euros por un futbolista del que decir que su rendimiento fue decepcionante es un eufemismo. Disputó 55 encuentros en dos años y en ningún momento llegó a ser el jugador diferencial que fue en el Atlético de Madrid. Actualmente está cedido en el Basaksehir turco y regresará a Can Barça el verano de 2020. Para marcharse definitivamente.
Arda Turan, un fiasco de fichaje para el Barça / EFE
Otro que no guarda buen recuerdo de su etapa alejado del conjunto colchonero es Filipe Luis. Se marchó rumbo al Chelsea en verano de 2014, después de ganar la Liga y llegar a la final de la Champions. En el equipo londinense apenas tuvo relevancia, y un año después regresó a la Liga española. Eso sí, con una Premier bajo el brazo.
Escala de grises
Diego Costa le acompañó en el viaje de ida a Londres. A diferencia del brasileño, el delantero sí que tuvo transcendencia en el conjunto blue de buenas a primeras. Fue clave en la Premier de 2015 y en la de 2017, y marcó 58 tantos en 120 encuentros. Su gran problema fue su comportamiento, dentro y fuera de los terrenos de juego. Sufrió más de una sanción disciplinaria y su etapa en Inglaterra acabó de forma desastrosa. Fue apartado por el equipo y, como Filipe, acabó volviendo al Atlético de Madrid.
La carrera deportiva de Falcao se torció en cuanto abandonó el Atlético
Si hablamos de maldición, no hay un futbolista más experto en la materia que Radamel Falcao. Se marchó del Vicente Calderón siendo uno de los grandes delanteros del panorama europeo, pero en el Mónaco no le salió nada bien. Sufrió dos lesiones largas e incluso salió cedido a Chelsea y Manchester United. En ninguno de los dos clubes triunfó. Tras muchas temporadas ha encontrado estabilidad en el equipo monegasco e incluso ganó una Ligue 1 en 2017. Se esperaba mucho más.
Sin títulos
Fernando Torres presenta un perfil radicalmente distinto al de los futbolistas mencionados anteriormente. Se convirtió en un jugador para la historia del Liverpool gracias a sus 81 tantos en 142 partidos, aunque no llegó a levantar ningún título. De Anfield pasó a Stamford Bridge y allí, pese a que su rendimiento dejó mucho que desear, anotó un gol clave en el Camp Nou para que el Chelsea se clasificara para la final de la Champions League. Los blues acabaron ganando esa competición.
Fernando Torres fue el verdugo del FC Barcelona en las semifinales de 2012 / EFE
A David De Gea le persigue una maldición similar a la que tuvo Fernando Torres en Liverpool. En el Manchester United se ha convertido en uno de los mejores guardametas del planeta, sino el mejor, pero su palmarés se antoja algo pobre. En ocho años con los red devils, solo ha logrado alzar una Premier League (2013).
La excepción que confirma la regla
Si hay un futbolista al que no le ha ido tan mal tras dejar el Atlético de Madrid es a Sergio 'Kun' Agüero. Se marchó del Vicente Calderón en 2011 y en 2012 ya había triunfado con el Manchester City. Anotó el decisivo gol que le dio la primera Premier League de su historia a los skyblues y durante su etapa ha logrado tres más. Es el máximo goleador en la historia del club con 231 tantos y el sexto máximo anotador histórico de la Premier League (163).
Aunque también ha tenido momentos en que ha sido discutido, sobre todo en la etapa inicial de Guardiola, el argentino es el mejor espejo en el que se podría mirar Antoine Griezmann. Fue llegar y besar el santo. Y luego, una trayectoria gloriosa.