El Barça volvió a casa con dolor y sometido a un examen público que volvió a superar en la protección y confianza que genera el calor de casa. El Camp Nou volvió a ver a su equipo ganar ante el Getafe (2-0) al que arrebató todas las posibilidades de jugar Champions League la temporada que viene con un partido serio, que fue de menos a más, pero que tuvo la respuesta que se esperaba de la afición.
Silbidos, pitos y reproches en las pérdidas de algunos jugadores. Coutinho fue de los primeros, aunque su mejora en el juego le reconcilió paulatinamente con la grada. Una redención que también obtuvo Busquets. De los más señalados en la hecatombe de Anfield, el segundo capitán azulgrana todavía vive en Anfield.
El pitido inicial dejó entrever a un equipo que debía responder ante su afición, pero que todavía recordaba en cada pase lo ocurrido en tierras británicas. El 5 azulgrana perdió tres balones incomprensibles que dieron alas a un Getafe necesitado que no supo materializar las ocasiones. Pérdidas que sucedieron a silbidos y reproches de una afición que exigió la máxima concentración por respeto al escudo.
Al descubierto
Con el paso de los minutos el equipo mejoró, incluso Busquets, que con la victoria en el bolsillo se detuvo a pie de campo a atender a los micrófonos de Bein Sports. Mismo discurso que en Anfield, pero más madurado. Cuestionado por el partido declaró: "Sabíamos que teníamos que jugar hoy, era muy difícil para todos. Hemos querido estar al cien por cien pero cuesta por el partido que ocurrió. Hay que seguir y hay que ir a por la final de Copa. Esperar que cicatrice la herida que tiene el club, la afición y nosotros los jugadores".
Una foto de Gerard Piqué y Sergio Busquets atónitos ante la remontada del Liverpool / EFE
Tampoco rehuyo de contestar a los pitidos iniciales: "Sabemos de la situación de la que veníamos. Hoy no era un día fácil para nadie. Hemos ido de menos a más. Sólo hay que estar agradecido a la afición. Parece que no estamos en ese mundo pero sí. Sabemos cómo está la gente pero el comportamiento de la afición ha sido espectacular. Primero los aficionados han podido mostrar su disconformidad, pero luego hemos estado de diez. Todos estamos jodidos, pero este es el camino que hay que seguir. No queda otra", sentenció.
Un agradecimiento público y en nombre de todo el vestuario al que espera que se dé continuidad en la lucha por el doblete: "El doblete no es poco pero la herida de Liverpool es profunda", sentenció. Un sentimiento compartido entre equipo y afición con el que además quiso reducir lanzando su camiseta a un grupo de aficionados que le esperaban.