El Barça ya no está en la lucha por la Champions. El equipo lo tenía a favor, llevaban tres goles de margen del Camp Nou que fueron remontados por una gran actuación del Liverpool. No todo fue mérito de los reds, algunos jugadores blaugranas no estuvieron a la altura y no pudieron con la presión del ambiente.
El primer gol llegaba a los siete minutos de partido, los ingleses se ponían en el partido antes de los que muchos podían imaginar. Divock Origi empujaba un balón dentro del área tras una acción con Henderson como protagonista. Errores individuales que pasaron factura a los culés.
Jordi Alba lamenta el tercer gol del Liverpool / EFE
Los dos primeros tantos tuvieron un claro protagonista azulgrana en negativo. Jordi Alba salía retratado en los dos goles. El lateral izquierdo erró un pase en la salida del equipo en el 1-0 y fue muy blando cubriendo la subida de Arnold, que centró para el remate de Wijnaldum.
La línea defensiva muy floja
No solo el de L’Hospitalet quedó señalado tras el partido. La línea defensiva estuvo horrible. Fue un error colectivo ya que no les facilitaron la salida del balón pero cuando tocó sufrir, se vieron superados como no habíamos visto esta temporada. Clément Lenglet estuvo muy flojo en el choque aunque no fue el peor. Salió en la foto de los cuatro goles aunque no fueron culpa suya. En el tercero se dejó ganar por arriba por Wijnaldum, un centrocampista que no destaca por su juego aéreo.
Sergi Roberto ya fue desbordado en el Camp Nou por Sadio Mané y le volvieron a superar en la vuelta. El senegalés y Divock Origi caían a su banda sabiendo que sufriría por su lentitud. Suerte que tuvo de tener a un compañero como Arturo Vidal delante, que fue el apagafuegos del equipo en numerosas ocasiones.
El centro del campo inexistente
Ni Busquets ni Rakitic se sintieron cómodos en Anfield. Apenas se ofrecían a sus compañeros y eso es sinónimo de descontrol y correcalles. Fueron desbordados por el centro del campo red hasta que se cargaron temprano de tarjeta amarilla. El de Badía la vio en el 45 y el croata en el 53.
Una foto de Gerard Piqué y Sergio Busquets atónitos ante la remontada del Liverpool / EFE
El único que destacó de la línea en la medular fue el chileno. Cuando Arturo es el mejor del equipo es un mal síntoma para el juego al que están acostumbrados los barcelonistas. El partido pedía sacrificio y la falta de contundencia del equipo se vio superada por la ambición red.
Los ex Liverpool desparecieron
Luis Suárez y Philippe Coutinho volvían al que fue su casa varias temporadas. Les recibieron con una sonada pitada y les sacaron del partido desde el primer minuto. El brasileño tuvo un buen disparo en el primer tiempo pero poco más. En el 60 se iba y entraba Semedo, un cambio que muchos culés opinaban que llegaba tarde. Los hinchas empiezan a perder la paciencia.
Una foto de Luis Suárez con Van Dijk durante el Liverpool - Barça / EFE
El uruguayo se peleó con Matip y Van Dijk como nos tiene habituados. Las líneas tan juntas no beneficiaron su juego. Apenas tocó balón y cuando lo hizo siempre fue sin peligro y alejado del arco de Alisson Becker. Su regreso a casa no fue como esperaba: recibió numerosos insultos y una goleada que pasará a la historia.
Ernesto Valverde no es el único señalado de la derrota en Anfield. El entrenador ha apostado por el resultadismo dejando de lado el estilo que maravilló el mundo. Cuando el balón no entra, todos los del verde salen retratados. El club deber reflexionar de cuales son la prioridades.