El Liverpool necesita tres goles para igualar la eliminatoria. Parece que Jurgen Klopp tendrá grandes problemas para alinear un once de garantías que permita soñar a la afición. Todos los aficionados del fútbol inglés se saben de memoria la tripleta ofensiva de los de Anfield pero este martes variará forzosamente.

Roberto Firmino fue suplente en el Camp Nou y será baja para la vuelta de semifinales, así lo confirmó el entrenador en rueda de prensa. El que puede sumarse a la lista de lesionados es Mohamed Salah que se retiró en camilla en la última jornada liguera contra el Newcastle.

De los tres, dos son baja y solo queda Sadio Mané, un potente extremo senegalés que no va nada mal de cara a portería. Tuvo una clara ocasión en el partido de ida que hubiera dado alas a su equipo pero envió la pelota por encima del travesaño de Ter Stegen.

Buenos números goleadores

El jugador es clave para el entrenador alemán. Se entiende a la perfección con sus dos compañeros y, aunque no tiene el cartel de Salah y Firmino, sus aportaciones son excelentes. Sonó para reforzar varios clubes pero ahora mismo no se prevé que abandone Liverpool.

Sadio Mané celebrando un gol con el Liverpool / EFE

Sadio Mané celebrando un gol con el Liverpool / EFE

Sus números explican por qué es imprescindible. Ha disputado 35 jornadas de la Premier League -casi todas- y ha marcado 20 goles y repartido dos asistencias. En Champions también ha sido clave: cuatro tantos y tres asistencias en once partidos. Su velocidad volverá a ser un dolor de cabeza para Sergi Roberto o Nelson Semedo.

El récord que frena la euforia

El 16 de mayo de 2015, Sadio Mané hizo historia. Entonces militaba en las filas del Southampton y se enfrentaban al Aston Vila. Lógicamente, el senegalés era titular en el extremo de ataque y demostró todo su potencial. Le bastó dos minutos y 56 segundos para anotar un hat-trick que pasaría a la posteridad.

No fueron tres goles más en un partido sino que significaron el hat-trick más rápido de la historia de la Premier League superando el récord de Robbie Fowler que tardó cuatro minutos y 33 segundos en 1994 en un Liverpool-Arsenal (3-0).

Un año después, en verano de 2016, el Liverpool pagaba 41 millones de euros para fichar al potente extremo. Un traspaso que les ayudó a volver a la élite futbolística. Mané ya firmó una gran gesta en 2015 y cuatro años después volverá a intentar ayudar a su equipo con sus goles.