El Barça salía a Balídos en un partido intrascendente pero con muchos alicientes. El estadio del Celta de Vigo recibía a los blaugranas con un pasillo y una fuerte ovación felicitándole por su Liga número 26. Un detalle no muy común en nuestros días. La victoria se la llevaron los gallegos (2-0).
En el plano deportivo, para los celtiñas el encuentro era una auténtica final. Los gallegos empezaron la jornada en la quinceava posición de la tabla (35) a dos puntos del Valladolid (37), el primero equipo que bajaría. Así lo hacía saber la afición con el gol de Araujo en el minuto 49 que marcaba tras un rechace. Tras ser revisado -durante dos minutos- era anulado por el VAR.
El celta haciendo el pasillo al Barça en Balídos / EFE
En el minuto 67 sí que llegaba el gol de los gallegos. Boudebouz ponía un balón desde el extremo derecho que superaba a Umtiti y Maxi Gómez marcaba a placer delante de Japer Cillessen, que no podía hacer nada. Un gol que les daba la vida y les aleja del descenso. En el 87 llegaba la sentencia de Aspas desde los once metros.
En clave Barça, volvían al verde Malcom, Boateng y Samuel Umtiti. El once disipaba algunas dudas sobre el posible once de Anfield: Ousmane Dembelé y Arthur Melo jugaban de inicio. Del Barça B volvían Riqui Puig en el interior derecho y Wagué en el lateral. Callado salió en el primer tiempo desde el banquillo. La primera parte del equipo fue buena, la segunda decayó mucho.
Varapalo a Dembelé
Cuando apenas se llevaban disputados cinco minutos del partido, Dembelé, uno de los jugadores más importantes de la temporada, abandonaba el césped. Esta era su tercera lesión en la temporada, se fue tocándose el muslo derecho. Un nuevo varapalo que lo deja casi fuera de la vuelta de semifinales.
El galo volvió contra el Huesca (0-0) desde que recayó de su lesión en los isquiotibiales contra el Olympique de Lyon. No ha cogido el ritmo adecuado que exige el tramo decisivo de la temporada y no ha podido con ello. En su lugar entro Collado, extremo del Barça B, que debutaba en Primera División con 20 años.
‘Big Sam’ genera dudas y Todibo se consolida
Samuel Umtiti no mejora. Volvió a mostrarse lento y dubitativo. En el inicio de partido se tragó un balón largo del portero que terminaba con un remate de primeras de Maxi Gómez. Está a años luz de lo que fue y ahora mismo no sería ni el tercer central del equipo. Todibo y Vermaelen fueron mejores.
Arthur y Todibo en una acción ofensiva del Celta / EFE
Su juego fue de menos a más. Intentó ser el líder -sin mucho éxito- de una defensa con pocos habituales: Wagué, Todibo y Vermaelen. En la salida de balón fue correcto como nos tiene habituados. Aunque no es su gran fuerte, no se la jugó y combinó en corto en la mayoría de ocasiones.
Jean-Clair Todibo volvía al once por segunda vez. Ya debutó contra el Huesca con una defensa de tres y este sábado hacía pareja con Umtiti. Defensivamente se mostró muy atento y corrigió en varias ocasiones los despistes de su compañero. En la salida de balón cometió errores impropios de un central nivel Barça pero tiene margen de mejora. En el minuto 63 se lesionaba en el muslo y pedía el cambio.
El centro del campo del futuro
El Barça presentaba un centro del campo que perfectamente podría ser la línea del futuro. Arthur Melo (22) actuaba de pivote. En las alas se situaban Carles Aleñá (21) y Riqui Puig (19). Impusieron su juego de toque controlando los ritmos del partido. Fueron de lo mejor del primer tiempo pero bajaron el ritmo en la segunda mitad.
Puig luchando un balon con Lobotka en Balaídos / EFE
La función del brasileño era la de conectar una defensa sin una muy buena salida de balón con una delantera (Malcom-Boateng-Collado) rápida y con la portería entre ceja y ceja. Los que más brillaron fueron los interiores. Aleñá mostró ser un perfil muy diferente a lo que estamos acostumbrados, un centrocampista capaz de romper líneas y de sumarse en ataque. En Medizorroza (2-0) vio portería.
El del Barça B, por su parte, volvió a maravillar. Con su estilo sin presión controló el ritmo del partido filtrando balones y escogiendo la mejor opción. Cada partido que pasa va a más y sus actuaciones son merecedores de más oportunidades en el primer equipo. Los culés ya se frotan las manos con el joven.
El lateral del futuro
Wagué volvía al once tras ser titular en Huesca (0-0). El lateral fue uno de los mejores del equipo blaugrana. En defensa mantuvo muy bien las ofensivas de Boudebouz y se sumó muy bien al ataque. Suya fue la mejor ocasión del primer tiempo con una combinación Riqui Puig. En el 86 cometió penalti por manos.
Wagué en una acción con Iago Aspas / EFE
Con 20 años, el internacional senegalés muestra su candidatura para tener ficha del primer equipo la próxima temporada. Aunque todavía necesita ritmo en Primera División sería un perfecto suplente para Nelson Semedo y Sergi Roberto, que podría pasar al centro del campo según el número de bajas que se produzcan en el medio.
Los cedidos no están ni se les espera
Jeison Murillo se quedó en el banquillo y ya está sentenciado. Salió en el 67 sustituyendo a un Todibo lesionado. Su puesto lo ocupaba la dupla francesa, que necesitan minutos y, por ahora, tiene más números de seguir en el Camp Nou. El colombiano solo jugó los noventa minutos en Liga en el Alcoraz y es uno de los habituales en caer de las convocatorias. Con toda seguridad volverá a Valencia tras la cesión.
Por lo contrario, Botaeng sí que fue titular en Balaídos. Se mostró desubicado y fuera de ritmo. Pasó muy desapercibido y solo fue destacable su siempre buen juego de espaldas a la portería. No generó ninguna oportunidad y confirma que su cesión no ha salido como estaba prevista. Dos apuestas que no han aportado nada.