Cumplió el Barça en su expedición a Vitoria (2-0). Partido intersemanal dadas las prisas de un calendario al que le quedan ya tan solo cuatro jornadas por disputar y deja la Liga casi sentenciada para un conjunto que está a una victoria, o una derrota del Atlético de Madrid, de cantar el alirón antes de que finalice el campeonato doméstico. Un campeonato que ha dominado de cabo a rabo.
Un dominio que ha caracterizado casi toda la temporada y que también se trasladó a Mendizorroza. Los azulgranas impusieron su juego desde el minuto uno, sin Messi y con mayor lentitud, pero una superioridad aplastante ante un conjunto que se limitó a juntar líneas y buscar el peligro con balón parado y a la contra.
Rotaciones de garantías
Valverde lo tiene claro y tiene banquillo. Todo apuntaba a que las rotaciones quedarían relegadas para el encuentro de este sábado ante el Levante visto el partido de Champions del próximo miércoles, pero el Txingurri dio paso a los cambios antes de tiempo. Con un acierto irrefutable. La mente esta puesta ante el Liverpool y no hay prisa por proclamarse campeones, pero las piezas más destacadas del equipo B también responden si juegan con el once inicial.
El Barça empezó como siempre. Un guión claro basado en la posesión, con un once lleno de rotaciones pero con dorsales de garantías para afrontar el planteamiento de Abelardo. Conocedor de la pegada azulgrana, el técnico asturiano apostó por una defensa de cinco con dos carrileros para acompañar a Bastón y Jony, el más activo del Alavés, pero sin acierto y muy precipitado.
El Barça impuso su ley en Mendizorroza con una posesión del 80 % y un juego de lado a lado del que destacó, por encima de todos, un Coutinho que sí asumió galones en tierras vascas ante un Alavés que ni pudo ni supo morder a la contra. Con Suárez menos inspirado, fue el brasileño quien adoptó el rol de líder en zona de tres cuartos y como extremo izquierdo. Apenas dos pérdidas de balón en 45 minutos, mucho juego, regates y un pase de gol cantado que Suárez erró ante Pacheco.
Sin premio
El juego azulgrana asoló a un Alavés encerrado en su campo durante 45 minutos y que solo tuvo dos ocasiones en la primera parte. Más de 40 minutos tuvieron que esperar los asistentes al estadio para ver el primer cabezazo de Rodrigo Ely que casi sorprende a Ter Stegen. Y sin premio para el juego del Barça y con un Alavés complaciente por el empate, la motivación de los vascos tuvo continuidad en la segunda parte.
Los hombres de Abelardo quisieron mantener el ímpetu de los últimos cinco minutos del primer tiempo, pero con el Barça dueño del partido, el Alavés regresó a su planteamiento inicial.
La conexión de la Masía
Con Messi calentando con un Barça faltó de esa magia que imprime y contagia el argentino, apareció Sergi Roberto para dar velocidad al juego. Internada por la banda derecha --que intercambió en la media parte con Nélson Semedo-- para poner un balón a Carles Aleñá, que dejó pasar previamente Suárez, para que el canterano definiera a la perfección ante Pacheco tras una hora de abrumador control del encuentro.
Una foto de Carles Aleñá durante el partido ante el Alavés / EFE
El Barça obtuvo el premio definitivo a su juego y su control absoluto con el gol del 21 azulgrana. Segundo tanto en Liga tras un partido para enmarcar del centrocampista catalán que abandonó el estadio entre aplausos.
La polémica
Y con el Barça más tranquilo por el gol de Aleñá, Piqué quiso sumarse a la fiesta. Inexplicablemente, fue el propio Umtiti quien le arrebató el gol al central, pero que gracias al VAR acabó en pena máxima tras unas manos claras de Cordero Vega previas al fuera de juego del central francés. Suárez fue el encargado de transformar la pena máxima que, pese a que Pacheco, acertó en el lado, no pudo frenar un balón colocado y potente.
Una foto de Luis Suárez celebrando su gol de penalti ante el Alavés / EFE
Entró Messi con un marcador favorable que convirtió el encuentro en un pasa tiempos. Los hombres del Txingurri continuaron con su asedio particular al área rival, pero sin premio. Vidal tuvo en su testa el tercero de la noche y Messi mandó al poste un disparo, pero no pudieron aumentar la renta goleadora ante un Alavés que asumió la derrota tras el segundo de Suárez.
Misión cumplida en Vitoria que deja al Barça a 90 minutos de proclamarse campeón. De hecho, podría ser campeón sin tan siquiera vestir de corto. De perder el Atlético de Madrid ante el Valencia este miércoles, el Barça recibiría al Getafe como campeón. Con la Liga a un suspiro, el Barça demostró en Mendizorroza ser un bloque. La obsesión es la Champions y todos van a una. Advertencia directa a un Liverpool que se enfrentará a un bloque unido que no dio opciones a un Alavés que ahora se le tambalea la Champions.