La nota de Solskjaer, el despiste de Rashford y el espionaje de Ter Stegen

Los partidos se deciden por detalles, aunque el Barça arrolló al Manchester United sin piedad para certificar el pase a semifinales tras cuatro años de ausencia en la última eliminatoria previa a la final de la Champions League. No hubo rival más que en los primeros diez minutos del encuentro cuando los red devils intentaron con ahinco igualar la eliminatoria anotando en el Camp Nou.

Un objetivo claro que el travesaño evitó en el primer minuto de partido y que se apagó cuando los azulgranas se hicieron con la posesión del esférico. Una posesión que Messi culminó con dos tantos en apenas cuatro minutos y que obligó a Solskjaer a cambiar el dibujo inicial de su equipo. 

Un detalle visible en el último tramo del partido, donde recuperó el 5-3-2 con el que salió en Old Trafford pero que no fue la primera idea del técnico argentino. Con el 2-0 en el marcador y la posibilidad --remota visto el juego, pero una posibilidad-- de acortar distancias, el entrenador noruego hizo llegar a Marcus Rashford una nota en la que explicaba de su puño y letra el cambio de esquema del equipo. 

Ter Stegen, al tanto

Una nota que sostuvo en su mano durante varios minutos y que olvidó en el suelo tras arrollar a Gerard Piqué en un desmarque vertical en la frontal del área que acabó con falta en ataque. El papelucho quedó tendido en el césped y Ter Stegen, tan solitario como siempre, lo encontró. 

Cogió la nota, la abrió y la repasó hasta en tres ocasiones para entender el mensaje que se escondía dentro e intentar así ayudar a su equipo no solo con paradas. No hubo una gran recompensa ya que tan solo se apreciaba el nuevo esquema de juego de los ingleses, del que el Barça ya se había cerciorado y que no suponía una información extremadamente relevante que comunicar a sus compañeros. 

La nota que encontró Ter Stegen con el cambio de esquema de Solskjaer

La nota que encontró Ter Stegen con el cambio de esquema de Solskjaer

Una vez analizada, el guardameta alemán, que tan solo tuvo que detener un balón en el 89, volvió a dejar la nota en el mismo lugar en el que la encontró para disfrutar del recital de su equipo. 

Ni el cambio a un 4-4-2 surtió efecto para cerrar espacios en una medular que se adueñó del encuentro ni para evitar la llegada de Messi, Suárez y Coutinho al área, aunque los goles vinieron sin la necesidad de pisar la zona de David De Gea.