Cuando tuvo la ocasión de fichar por el FC Barcelona, ni se lo pensó. Tenía pie y medio en Roma, pero la llamada del club azulgrana le cambió sus planes. Él quería vestir de azulgrana y lo ha conseguido. Aunque su primera temporada ha estado muy lejos de lo deseado por la escasez de minutos y oportunidades que le ha brindado Valverde, Malcom jamás ha perdido la sonrisa.
Ha seguido trabajando, aunque no contara con la confianza del Txingurri. Está jugando en el club de sus sueños e intentará triunfar hasta el último momento. Otros futbolistas se hubieran hundido, pero el brasileño no ha perdido la esperanza de poder ser importante en el FC Barcelona. Es un ejemplo.
Chispazos
El 14 ha jugado 682 minutos distribuidos en 18 partidos. Pocos, pero suficientes para demostrar que puede ser un jugador muy útil para la entidad catalana. Ha visto algunos partidos desde la grada y otros muchos desde el banquillo, sin ni siquiera salir a calentar. Pero cuando ha tenido la oportunidad de saltar al verde, lo ha dado todo.
Su carta de presentación fue el gol que logró en el Giuseppe Meazza. Apenas había disputado 100 minutos hasta entonces, todos partiendo desde el banquillo. Valverde apostó por él como última solución. Entró al terreno de juego en el 81' y dos minutos después avanzó a los azulgrana en el marcador. Rompió a llorar de alegría por el enorme peso que se había quitado de encima.
Malcom rompe a llorar tras marcar contra el Inter de Milán / EFE
Fue titular en el partido siguiente frente al Betis, pero la derrota de los azulgranas -y el retorno de Messi- lo llevó de nuevo al ostracismo. Fue con una nueva lesión del argentino cuando tuvo otra oportunidad. Nada más y nada menos que en la ida de semifinales de Copa del Rey frente al Real Madrid. Fue una pesadilla para Marcelo y logró el gol del empate, que evitó que el Barça tuviera que desplazarse al Santiago Bernabéu con la necesidad de remontar.
De nada sirvió ese tanto, pues Malcom volvió (o siguió) en lo más hondo del banquillo. Casi dos meses después, volvió a jugar ante el Espanyol. Resultado: asistencia en el gol de Messi que sentenciaba el encuentro. Tres días después fue titular en el Estadio de la Cerámica, liderando al Barça en los instantes iniciales del encuentro con una asistencia a Coutinho y un gol, su primero en Liga.
Nueva oportunidad
Salvo sorpresa, Malcom tendrá una nueva oportunidad para brillar ante el Huesca. Leo Messi y Luis Suárez se quedaron en Barcelona, y con el duelo frente al Manchester United a la vuelta de la esquina, Ernesto Valverde aprovechará la visita al colista de la categoría para dar minutos a los menos habituales.
Malcom y Cazorla disputan el balón durante el Villarreal Barça EFE
El brasileño será una de las referencias ofensivas del FC Barcelona en el Alcoraz. En su última titularidad dio una asistencia y logró su primer gol en Liga. Con el campeonato doméstico sentenciado, el 14 asumirá el protagonismo del que no ha disfrutado en sus primeros ocho meses como azulgrana.
Con o sin minutos, con o sin oportunidades, Malcom no ha parado nunca de trabajar y jamás ha perdido la sonrisa. Su sueño era jugar en el Camp Nou y cada vez que se viste de corto da lo mejor de sí mismo. El brasileño es todo un ejemplo en actitud y en capacidad de superación. Otro futbolista ya habría tirado la toalla.