El Barça mantiene su paso firme para conquistar su octava Liga en once años. Una hegemonía aplastante en el campeonato nacional que no ha dado tregua a ninguno de sus rivales y que parece ser que se volverá a conseguir con una notoria diferencia de puntos. A falta de siete jornadas para el final, los azulgranas podrían cantar el alirón antes de que concluya la competición.
Un escenario alcanzable, pero que además tiene varios factores destacables. En primer lugar, los azulgranas han dejado escapar nueve puntos en el Camp Nou esta temporada. Una puntuación que ya le permitiría ser campeón de Liga a principios de abril, pero que no se ha dado por empates y derrotas muy sonadas como las sufridas contra Athletic Club, Girona o Valencia.
Marcadores favorables que no se supieron cerrar y otros adversos en los que sí se pudo remontar. Un dato que ensalza la ambición y el deseo de ganar de los hombres que dirige Ernesto Valverde. La última la vívida en el estadio de La Cerámica donde el Barça ganaba en el minuto 20 0-2 y acabó empatando el encuentro 4-4 en el añadido.
Ocho puntos de oro
En lo que va de temporada, los azulgranas han conseguido rescatar ocho puntos en distintos encuentros en los últimos diez minutos de encuentro cuando el marcador lucía en contra de los intereses azulgranas.
Piqué, Alba, Messi y sus compañeros celebrando un gol en la Champions League / EFE
Villarreal fue la última víctima, pero también ha ocurrido frente al Athletic Club (del 0-1 al 1-1), el Atlético de Madrid (del 1-0 al 1-1) y el Rayo Vallecano (del 2-1 al 2-3) y en Sevilla (del 2-2 al 2-4). Remontadas con empate o victoria final que también se han cuajado gracias a 22 goles a favor en el último tramo de partido y tan solo tres en contra. Unas cifras apabullantes que destacan la buena forma del equipo y, sobre todo, la aspiración por ganar.
Una dinámica que es todavía mejor que la temporada pasada. La temporada pasada el Barça remontó 17 puntos con resultados adversos antes del pitido final, mientras que este curso ya van 21. Datos que pueden ser alertantes en una primera lectura, pero que avalan al equipo y a la fe en su juego y sus capacidades.