El once culé en Old Trafford generaba grandes debates en la previa. Ernesto Valverde presentó un once muy ofensivo para afrontar la ida de semifinales de la Champions League. El posible 4-4-2 dejaba paso al sistema habitual (4-3-3) con Arthur Melo en el centro del campo y Philippe Coutinho en el extremo izquierdo. Como novedad en defensa, Nelson Semedo sustituía a Sergi Roberto.
La apuesta no salió nada mal. El Barça empezó con muchas dudas pero poco a poco consiguió imponer su juego y acechar la portería de David de Gea. Coutinho se entendió muy bien con Melo y Jordi Alba y fue la banda más activa en ataque. En la segunda parte el partido cambió de cara.
Los de Ole Gunnar Solskjaer querían ir a por el empate y el primer cuarto de hora del segundo tiempo fue un descontrol. Para parar esa presión tan alta del Manchester United y crear peligro en portería rival, el entrenador del Barça decidió hacer un doble cambio que transformó la formación y el ánimo del equipo.
Doble cambio clave
En el minuto 65 entraban al verde Arturo Vidal y Sergi Roberto por Coutinho y Arthur Melo. El objetivo no era otro que ganar contundencia en el centro del campo y evitar los contrataques de los red devils. Así pues, se pasó del 4-3-3 al 4-4-2 con el de Reus situado por delante de Semedo y el chileno en la banda izquierda ayudando por el medio.
Sergi Roberto luchando un balón con Shaw y Smalling / FC Barcelona
El equipo agradeció la variante de sistema. Se defendía mejor y se salía al contrataque con más peligro. A pocos minutos de la doble sustitución. El Rey Arturo ya probó suerte pero se encontró con un buen De Gea. La banda más peligrosa fue la derecha. Con Roberto, Semedo se sitió libre para subir al ataque y desmontar la defensa de cinco de los ingleses.
El Txingurri acertó un día más con las sustituciones. El partido pedía un repliegue y una salida a la contra peligrosa para intentar cerrar el partido con un segundo gol. Se crearon más ocasiones que en el primer tiempo ya que el encuentro se abrió considerablemente pero el resultado no se movió (0-1).
La solución al descontrol
Muchos avanzaban que los culés saldrían con cuatro piezas en el centro del campo ya de inicio. Esta fue la apuesta de Valverde en partidos donde se preveía el descontrol y se quería evitar un correcalles. El último precedente fue en el Benito Villamarín contra el Betis (1-4). Se quería evitar el intercambio de golpes de la primera vuelta y se consiguió.
Arturo Vidal jugando en Old Trafford contra el Manchester United / FC Barcelona
Este curso se están leyendo muy bien los partidos. Hay jugadores con gran nivel esperando su turno desde el banquillo y se presentan soluciones para avivar el encuentro o preparados para sufrir. Las sensaciones no fueron las mejores pero en Champions toca sufrir y el Barça lo hizo y bien. Ahora toca terminar la faena la próxima semana en casa.