Valverde gana la partida de ajedrez al Cholo Simeone
El Barça-Atlético se dirimió por pequeños detalles y el condicionante de la expulsión de Diego Costa
7 abril, 2019 00:34Enfrentamiento muy igualado el que se vivió este sábado en el Camp Nou (2-0). El FC Barcelona fue justo vencedor del choque, aunque aprovechó la ayuda que supuso la expulsión de Diego Costa por decirle a Gil Manzano "me cago en tu puta madre".
Desde el principio fue un partido muy táctico, una partida de ajedrez en toda regla donde ambos técnicos debían intercambiar sus papeles habituales. A Simeone le interesaba jugar más al ataque que de costumbre, mientras que Valverde debía resguardar bien la portería de Ter Stegen porque si bien el objetivo era ganar, lo que no se podía permitir bajo ningún concepto era una derrota.
Ello propició alguna llegada peligrosa del Atlético en los primeros compases de partido y también acciones ofensivoas sobresalientes del Barça, especialmente las protagonizadas por Coutinho y Jordi Alba.
La expulsión de Costa lo cambia todo
El encuentro transcurría por un escenario muy atractivo y a la vez tenso para el espectador. Simeone no dejó de defender y montaba una línea de cinco cuando el Barça atacaba en estático, pero daba mucha libertad para que sus hombres se lanzasen al ataque. Tanto fue así que, con acciones de muy buen criterio, el Atleti llegó a tener más posesión que el Barça tras los primeros 20 minutos de partido (53%).
Diego Costa encarado con el colegiado Gil Manzano / EFE
Todo cambió con la expulsión de Diego Costa. El Cholo movió ficha en seguida, y no fue con intenciones defensivas. Ángel Correa entró en lugar de Santiago Arias para que Thomas bajase de la medular al lateral.
El Atlético mantenía un esquema similar, pero sin una referencia tan fija arriba y con dos delanteros más versátiles, como son Griezmann y Correa. A la hora del repliegue, eliminaron la línea de cinco para dibujar una pirámide formada en un 4-3-2.
Cambios ofensivos con Morata y Malcom
El Barça, por su parte, era fiel a su esquema habitual: un 4-3-3 en ataque y un 4-4-2 en defensa, donde Coutinho estuvo especialmente implicado en las ayudas defensivas y cuajó uno de sus mejores partidos en los últimos meses.
Simeone da instrucciones durante el duelo del Camp Nou / EFE
Valverde fue precavido y prágmatico como siempre y no movió ficha hasta el segundo tiempo, después de que Simeone ordenase otro cambio ofensivo: entró Morata por Filipe Luis. En una especie de desafío al sistema que siempre ha defendidom el Cholo había fulminado a sus laterales puros para meter a delanteros.
Fue en ese momento, intuyendo que los rojiblancos dejarían más espacios, cuando Valverde apostó por meter también más artillería. Sacó a Arthur del campo, que suele bajar el rendimiento en las segundas partes, para introducir a su compatriota Malcom ('63), cada vez más adaptado al estilo azulgrana.
Suárez, Messi y el éxtasis
La jugada salió bien. El cansancio hacía mella en el rival y el Barça llegaba cada vez con más peligro, pero siempre con las dificultades de superar a una férrea defensa liderada por Godín y Giménez, y por un portero estelar como es Jan Oblak, que detuvo una decena de ocasiones en los 90 minutos.
Una foto de Luis Suárez en el césped celebrando su gol ante el Atlético de Madrid / EFE
Para oxigenar, Valverde apostó por dos sustiuciones más en los últimos minutos de partido: Aleñá por Coutinho ('80) y Semedo por Sergi Roberto ('84). Ambos aguantaron el tipo y pudieron presenciar de primera mano los goles de Luis Suárez ('85) y Leo Messi ('86) para dejar atada y amarrada la Liga.
El Camp Nou fue una explosión de júbilo porque esos dos goles valen un título, la 26ª Liga en la historia del club. Nuevamente Suárez y Messi, Messi y Suárez, como hicieron contra el Villarreal o contra el Espanyol. El Atlético, ahora distanciado a 11 puntos, ya no es rival para el cuadro azulgrana. Valverde ganó la partida al Cholo.