"Es un dolor de cabeza permanente", así describe Valverde a un crack del Barça

Ernesto Valverde es un hombre de pocas palabras, pero contundentes. Sensato y precavido en algunas cuestiones polémicas, como el caso Dembelé a principio de temporada, el rendimiento de Coutinho o el protagonismo de Malcom, es todo lo contrario cuando se trata de reafirmarse en sus convicciones.

Un discurso que emplea no muy frecuentemente, pero que denota verdad cuando lo hace. Y en ese discurso se encuentra uno de los pesos pesados del vestuario azulgrana: Luis Suárez. 

El uruguayo es uno de los intocables para el Txingurri y si le ha costado ponerse a tono, pero una vez lo coge no hay quien le pare. Salvó un punto frente al Villarreal en el último suspiro y repitió gesta ante el Atlético de Madrid con una rosca imposible para Oblak. Dos goles que valen una Liga y que consagran a un delantero al que se echará mucho de menos cuando abandone el Camp Nou. 

"Siempre aparece"

Más o menos fallón, la entrega y el sacrificio de El Pistolero son innegociables en su estilo de juego. Dos cualidades que, sumadas a su nombre, le han valido para convertirse en el nueve del Barça. Nadie le hace sombra. Valverde valora los goles, pero el trabajo sucio, aquello que no se ve, tiene doble premio. 

Luis Suárez celebra la Liga de la épica / EFE

Luis Suárez celebra la Liga de la épica / EFE

Cuestionado por su partido ante los rojiblancos este sábado en el Camp Nou, Valverde dibujó una sonrisa en su rostro. Era hora de hablar de Luis. Y no se reprimió: "Siempre acaba siendo decisivo, es un dolor de cabeza permanente para el contrario y no sabes cuándo va a aparecer. Es un seguro. Estaba fresco, con chispa. Pero tenía delante un gran portero".

Sí, Luisito falló varias, pero la enchufó cuando tenía que hacerlo. Su papel en el verde es irremplazable. Goleador, trabajador y asistente. Un nueve que ojalá durará para siempre.