Messi activó el 'modo rabia' y estuvo a punto de remontar en tres minutos
El astro argentino y su socio Luis Suárez dejan mudo El Madrigal
3 abril, 2019 02:49En el minuto 89 el Barça perdía por dos goles de diferencia (4-2). Los mismos que llevaban de ventaja los azulgranas en el minuto 15 (0-2). Datos que evidencian la locura (4-4) que se vivió en el viejo Madrigal, rebautizado hace unos años como estadio de La Cerámica.
Leo Messi, suplente de inicio, irrumpió en el terreno de juego para jugar la última media hora de partido. Curiosamente, su entrada no sirvió para cambiar el signo del partido. Terminó como empezó, con empate.
De hecho, el astro argentino entró con la misión de ayudar a ganar cuando el partido todavía estaba empatado, y al poco rato de estar sobre el césped llegó el tercer gol del Villarreal.
Jarro de agua fría
Pese a los intentos por elaborar jugadas de peligro, el Barça seguía atascado. Y el rival aprovechaba que los azulgranas se volcaban en ataque para buscar la contra ante una endeble defensa. Tuvieron varias acciones hasta que Bacca anotó el cuarto. Parecía que todo estaba perdido.
Sin embargo, con Messi en el césped nunca se puede cantar victoria antes de hora. El astro argentino, que salió recientemente ovacionado del Benito Villamarín, hizo enmudecer al Madrigal.
Messi saca la rabia
Todo vino a raíz de una acción en que Messi se enfadó mucho con el árbitro. Se encaró con el colegiado y vio la tarjeta amarilla ('84). En ese momento sacó la rabia y se puso las pilas para marcar ('90).
Lo hizo, nuevamente, con un lanzamiento de falta. El genio rosarino lleva ya tres partidos consecutivos marcando a balón parado: ante el Betis, contra el Espanyol –a lo panenka y con polémica– y frente al Villarreal.
Otra vez de falta
En esta ocasión, el punto de disparo estaba a una distancia muy similar al del pasado sábado, pero la ejecución nada tuvo que ver con la delicadeza que usó contra el Espanyol. Para batir a Asenjo utilizó un disparo secó, feroz y dirigido directamente a la escuadra.
Ese gol dio una inyección de moral a sus compañeros, que se volcaron contra la portería rival y lograron en dos minutos lo que no habían podido hacer durante tanto tiempo. Tras un también córner lanzado por Messi el balón rechazado cayó a pies de Luis Suárez y éste perforó la red ('93).
La Messidependencia
La rabia de Messi suele salir en las grandes citas, a menudo en el Bernabéu, pero esta vez apareció en Villarreal y frustró una victoria que los locales daban por sentada. De haberse enfadado un pelín antes, probablemente los groguets no se habrían llevado ni un punto.
“Claro que hay Messidependencia, pero la habría en cualquier equipo con Messi”, respondió sin rubor Ernesto Valverde al terminar el partido, rendido a la estrella de su equipo.