Ernesto Valverde sorprendió a todos los aficionados blaugranas con un cambio de sistema al habitual para verse las caras contra el Betis (1-4). El Barça salía con un 4-4-2 con cuatro centrocampistas puros en la medular. En punta entraban los insustituibles: Luis Suárez y Leo Messi.
El centro del campo se organizaba de la siguiente manera: Arthur Melo y Sergio Busquets formaban un doble pivote más defensivo y liberaban Ivan Rakitic (en el flanco izquierdo) y Arturo Vidal (en la derecha), que ejercían de interiores. Con este sistema el entrenador quería asegurarse en defensa y torpedear la construcción de las jugadas de los de Quique Setién.
Este planteamiento es ligeramente más conservador que el habitual 4-3-3 ya que las posiciones del centro del campo las ocupan centrocampistas puros y no jugadores de perfil ofensivo. No es la primera vez que se usa. Ya fue el sistema utilizado en el Wanda Metropolitano (1-1) dando entrada a Sergi Roberto por el croata. En el curso pasado, la mejor racha de victorias coincidió con Paulinho como enlace de la media y de la delantera.
La defensa sale reforzada
Con el 4-4-2 se gana solidez. La línea zaguera no se ve tan expuesta a las ofensivas rivales como pasa con tres en la medular. Sergio Busquets también reduce sus esfuerzos ya que, al contar con un apoyo cercano -Arthur Melo el pasado domingo- puede llegar más fácilmente a ayudar a sus compañeros.
Ivan Rakitic en una acción del Betis - Barça / EFE
Los laterales también agradecen este sistema. Pocas veces se generó superioridad en la banda ya que -en el caso contra el Betis- Rakitic y Arturo Vidal no dejaban su marcaje y lo acompañaban hasta el final. Hecho que difícilmente se puede ver con tres puntas.
Ofensivamente salen ganando los dos interiores. El croata dejó su lugar a Melo cerca del segundo capitán y se movió libremente en la construcción de la jugada como hacía en el Sevilla o con su selección. El chileno, por su parte, sigue al suyo. Es todo pulmón y se incorpora al área rival sea con cuatro centrocampistas o tres.
Si se mantiene esta línea en la media, Sergi Roberto gana números para ocupar el centro del campo, su posición natural. Como consecuencia, también entraría de inicio Nelson Semedo, que compite con el de Reus por un lugar en el lateral derecho.
Los extremos se ven afectados
Conociendo a Valverde, este sistema pocas veces se verá extremos puros como interiores como pasa en muchos equipos ingleses como el Manchester United, el próximo rival en Champions. El perfil conservador del técnico obliga a poner jugadores en la medular que no descuiden sus obligaciones defensivas.
Ousmane Dembelé disputa un partido con el FC Barcelona / EFE
Por este motivo, el 4-4-2 reduce mucho las posibilidades de ver a Ousmane Dembelé o a Philippe Coutinho de inicio. Con ellos, el equipo gana desequilibrio en ataque pero vulnerabilidad en defensa. En los partidos clave, pero, el Txingurri ha seguido apostando por un tridente ofensivo. Este domingo quiso evitar otro intercambio de golpes como el que se produjo en la ida en el Camp Nou (3-4) con victoria verdiblanca y lo consiguió de manera exitosa.