El tramo decisivo de la temporada futbolística ya ha llegado. El FC Barcelona está en una situación ideal para tratar de alzarse con el tercer triplete de su historia. Un partido de Copa del Rey, cinco de Champions League y once de Liga son los escollos que le quedan al conjunto azulgrana para dirimir con cuántos títulos acabará el curso.
Para ser un firme candidato a todos los campeonatos se necesita la aportación de todos. El rendimiento que den los teóricos titulares es vital, evidentemente. Pero también es muy importante que los futbolistas con un rol menor estén a la altura. Así, Ernesto Valverde puede confiar en ellos para que la columna vertebral pueda tomar aire.
Jugadores como Nelson Semedo, Arturo Vidal y Samuel Umtiti (o Clément Lenglet) han demostrado de sobras que el técnico puede alinearlos cuando las estrellas necesiten descanso. Es clave que empiecen a entrar en la rotación los hombres de ataque, y para ello es fundamental que Malcom, más aún tras la lesión de Dembelé, demuestre por qué se pagaron 41 millones de euros por él el pasado verano.
Escasa participación
Son muchos los fichajes de la era Valverde que no han contado con las oportunidades que desearían. El brasileño ha sido otra víctima del 'Txingurri'. Llegó procedente del Girondins de Burdeos mediante una operación que se cerró in extremis: la Roma estaba a punto de atar su fichaje pero el FC Barcelona se adelantó.
Una foto de Malcom durante el partido contra el Rayo Vallecano / EFE
Hasta ahora no ha tenido tiempo para reivindicarse: ha jugado 15 partidos, solo seis como titular, y apenas ha disputado 534 minutos. En muchos duelos, su participación ha sido residual, saliendo en los instantes finales y sin tiempo suficiente para brillar. Aunque eso no está tan mal si lo comparamos con los días donde no ha calentado o en los que ha visto el encuentro desde la grada.
Pese a su escasa participación ha anotado dos goles de suma importancia. Su tanto en el Giuseppe Meazza nada más saltar al césped sirvió para que el FC Barcelona empatara el duelo de la fase de grupos de la Champions ante el Inter. También marcó ante el Real Madrid en la ida de las semifinales de Copa del Rey. En esa ocasión fue titular debido a las lesiones de Messi y Dembelé y fue una auténtica tortura para Marcelo. Su diana en el 57' sirvió para neutralizar el tanto inicial de Lucas Vázquez.
Su momento, en la Liga
Salvo que haya muchas bajas, parece impensable que Malcom pueda tener un papel relevante en la lucha por la Champions League. Su misión debería ser la de dar descanso a los hombres de ataque (Coutinho, Suárez, Messi) en Liga, un título que se vuelve a acercar a las vitrinas del Museu.
Coutinho, Messi y Luis Suárez celebran un gol con el FC Barcelona / EFE
Aún más tras la derrota del Atlético de Madrid en San Mamés (2-0). Si el FC Barcelona vence hoy en el Benito Villamarín, se situará diez puntos por encima de los colchoneros cuando solo faltan una decena de jornadas para que la Liga termine. Ganar al Betis sería sinónimo de dejar la Liga medio hecha.
Entonces será el turno de Malcom, que deberá dar un paso al frente y mantener, sin las principales estrellas, el nivel que ha dado el conjunto azulgrana en la competición doméstica. Solo faltaría sentenciar y esa debería ser la obligación del brasileño mientras Messi, Suárez y compañía centran todos sus esfuerzos en la Champions.