Leo Messi volvió a deslumbrar con luz propia, una vez más, en un partido trascendental para el futuro del Barça en la Champions League. El resultado de la ida (0-0) obligaba a los azulgranas a marcar y tener suficientemente margen en el resultado para evitar poner en juego el pase a cuartos.
El argentino volvió a ser el elegido para guiar al equipo hacia el bombo de este viernes y con el empate a cero en el marcador se dirigió al punto de penalti para adelantar al Barça en el marcador. El árbitro polaco Szymon Marciniak señaló penalti a favor del Barcelona en el minuto 16 al entender que hubo derribo de Denayer a Luis Suárez. Una decisión polémica, pero que el VAR no rectificó.
De la izquierda a lo 'panenka'
El capitán, encargado habitualmente de ejecutar las penas máximas, volvió a enfrentarse a uno de sus mayores temores. Los once metros. Y de qué manera. Hasta la fecha el argentino había optado por el lado izquierdo de la portería --a su derecha-- para convertir la pena máxima en goles.
Así ha marcado en lo que va de temporada contra el Betis (3-4), Valencia (2-2), Valladolid (1-0) y Rayo Vallecano (3-1) y erró otro --el segundo del partido ante el Valladolid-- en el que repitió lado frente a Jordi Masip.
Una foto de Leo Messi celebrando un gol ante el Olympique de Lyon / FCB
Una estrategia que decidió cambiar por una técnica al alcance de muy pocos y más que arriesgada con el marcador igualado. Levantó al estadio para abrir la lata en un disparo que denota una sangre fría y una técnica única en una izquierda privilegiada. Con el gol de este miércoles Leo Messi ha marcado, en su carrera profesional, 71 penaltis de los 92 disparos desde los once metros. Una efectividad del 77 %.
Tan espectacular como el recital de fútbol que realizó este miércoles.