Matthijs De Ligt se ha decidido. El central holandés quiere jugar en el Barça la próxima temporada junto a su amigo y compañero Frenkie De Jong en el Camp Nou.
Un fichaje que la directiva ya contemplaba como una inversión de futuro, confirmada en exclusiva por Josep Maria Bartomeu a Culemanía, y que supondría una inversión cercana a los 70 millones de euros. Será la segunda gran inversión del club catalán en menos de seis meses y pese a que la entidad catalana tiene muy buenas relaciones con el club holandés, no regalarán al jugador.
Intentarán que su fichaje no haga tambalear las cuentas azulgranas, pero son conscientes y defienden que la marcha de dos de sus mejores jugadores debe pagarse para permitir al conjunto que dirige Erik ten Hag pueda reforzarse.
Otra inversión de futuro
Es un fichaje deseo expreso de la directiva y la secretaría técnica con una proyección de futuro indudable y que quieren que sea el sucesor de Gerard Piqué en la derecha de la zaga azulgrana. Un fichaje que podría mermar las posibilidades de Jean-Clair Todibo para la próxima temporada en el primer equipo o que incluso podría poner en jaque la continuidad de Samuel Umtiti.
Una foto de Matthijs De Ligt durante un partido con el Ajax / INSTAGRAM
De momento, no se da por hecho dado el interés de clubs como PSG, Manchester United o Juventus por hacerse con los servicios del holandés, pero su elección, las buena relación de Josep Maria Bartomeu con Edwin van der Sar y Marc Overmars y el fichaje de De Jong, pueden ser decisivos para que finalmente acabe en el Camp Nou.
La voluntad del jugador será crucial para que el Barça pueda rubricar su firma en un contrato ya que la capacidad económica de sus competidores es muy superior a la que actualmente ostenta el club catalán.