Philippe Coutinho continúa sin poner fin a su crisis personal en el Barça. Pasan las jornadas y el brasileño mantiene intactos los síntomas de desconexión total de su mejor fútbol. Ese mismo en el que la secretaría técnica del club catalán se fijo hace ya un año y que le abrió las puertas del Camp Nou para cumplir su sueño.
Mientras que en el club el discurso oficial es el de confianza plena y paciencia por un jugador en que hay muchas y grandes expectativas puestas, algunos directivos –y parte de la afición– no verían como una mala opción una posible venta del futbolista si llegara una buena oferta por él.
Una opción inconcebible para muchos, pero que ondea sobre el jugador a quien de no mejorar se le acabará el margen y el tiempo. En la Premier su cartel es intachable y pese a que el Liverpool de Jürgen Klopp continúa intratable tras su marcha, Anfield sería el destino predilecto para el futbolista.
Sin posibilidad de volver
Pese a que ese sería el primer destino que contemplaría el carioca, una leyenda viva del los reds cerró las puertas de Anfield al que fue, no hace mucho, el líder de un conjunto al que Europa vuelve a temer. Su salida, que no se produjo en verano de 2017, pero que acabó irremediablemente en invierno de 2018, no gustó entre la afición inglesa.
Una foto de archivo de Coutinho y Firmino en el Liverpool / EFE
Forzó la máquina para llegar a la Ciudad Condal y en Merseyside nadie olvida su feo. Muchos entienden que decir que no al Barça es casi imposible, pero sus formas y falta de paciencia enojaron a una afición que siente sus colores como pocas. Danny Murphy, exfutbolista del Liverpool, fue el encargado de zanjar los rumores.
"Coutinho nunca será bienvenido en Liverpool. No le está yendo bien en Barcelona, pero dejó claro lo mucho que deseaba irse y ahora tiene que vivir con ello", declaró Murphy. Y es que pese a que no han existido negociaciones ni tan solo acercamientos, la posibilidad es remota. Algo que sentenció: "Incluso si el Liverpool se lo planteara, los fanes lo considerarían inaceptable".
En el norte de la isla británica consideran que su enfrentamiento con la directiva y su impaciencia por salir fueron un gesto muy feo para un club que le dio todo. No hay rencor, pero tampoco clemencia.