Lo que hizo Leo Messi en el Sánchez Pizjuán está a la altura de muy pocos. El argentino se puso a su espalda a un FC Barcelona que estaba contra las cuerdas y remontó el partido contra el Sevilla prácticamente solo. Logró el hat trick número 50 de su carrera futbolística y cada uno de los tres goles fue totalmente distinto a los otros dos.
El primero, de volea con la zurda tras un centro de Rakitic. La colocó en la escuadra. El mismo sitio en el que acabó su segundo tanto. En esa ocasión, le pegó con su pierna no tan buena. Y el tercero fue una obra maestra, no tanto por la calidad sino por cómo se produjo y el momento en el que se produjo. Quedaban cinco minutos para que finalizara el encuentro y tras cazar un balón dentro del área, en vez de chutar a asegurar, la picó por encima de Vaclik con una suavidad exquisita.
El segundo de los goles de Leo Messi en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla / EFE
Por si fuera poco, el cuarto gol también salió de sus piernas. Eran los últimos instantes del encuentro y con el Sevilla tirado para adelante, el Barça hiló perfectamente un contrataque hasta que el balón llegó a los pies del 10, que la puso medida para que Luis Suárez, a placer, batiera al guardameta checo. Tras unos partidos dubitativo, Messi ha recuperado la mejor de sus versiones. En Madrid ya están temblando.
Su estadio favorito
El astro pasará de jugar contra el equipo al que ha marcado más goles a lo largo de su carrera (36 en 37 partidos) al estadio donde ha anotado más veces (15 en 19 visitas). Las cifras que ha logrado el delantero en el Santiago Bernabéu, teniendo en cuenta que es el feudo del máximo rival, son increíbles. Y ahora jugará dos partidos seguidos.
Las buenas actuaciones de Messi en el estadio de Concha Espina se han visto multiplicadas exponencialmente en las últimas temporadas. Ha logrado seis goles en las últimas cinco visitas, realizando por el medio actuaciones tan memorables como la de la 33ª jornada de la Liga 2016-17, cuando logró un doblete con aires épicos, pues el segundo de sus tantos llegó en el minuto 93' tras un contrataque vertiginoso. Su icónica celebración quedará para la posteridad.
Messi celebra el 2-3 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu de abril de 2017 / EFE
Si sumamos los partidos que se han disputado en el Camp Nou, el cómputo global del 10 contra el Real Madrid es de 26 dianas en 39 encuentros, lo que supone un promedio de 0,67 goles por encuentro. O dicho de otra forma, marca en dos de cada tres partidos contra los blancos. Solo decir que si en la ida de semifinales no anotó...
El argentino llega con unas ganas especiales a este doble clásico, pues los dos partidos anteriores disputados esta temporada no pudo jugarlos al 100%. En el primero (5-1) fue baja por una fractura en el antebrazo, y en el segundo, la ida de semifinales, entró en el 60' y pese a que su cabeza quería su cuerpo no le acompañó.
Las amenazas de Messi
El futbolista habló para los micrófonos de BeIN Sports tras finalizar el encuentro del Sánchez Pizjuán y avisó al Real Madrid de que el Barça no va a despreciar la Copa: "No tiramos ninguna competición. Estamos a un pasito de llegar a una final, va a ser durísimo porque es contra el Madrid y en su casa, pero tenemos que ir a ganar como lo hacemos siempre". "Luego ya pensaremos en la Liga" añadió.
Malas noticias para los aficionados madridistas. Cuando a Messi se le pone algo entre ceja y ceja es extremadamente complicado tumbarlo. Los blancos necesitarán encontrar su mejor versión si quieren llegar a la final copera primero y acortar distancias en Liga después. Aún así Messi los podría ganar, pero como mínimo tendrían más posibilidades.