Ernesto Valverde dio la sorpresa ante el Olympique de Lyon con un once de gala muy distinto al que había sido su apuesta predilecta en Liga y Copa. La Champions exige a los mejores y el Txingurri los encontró en una banda derecha con Sergi Roberto y Semedo –acostumbrados a competir por el lateral– y en un Dembelé muy sacrificado en defensa.
Coutinho y Arturo Vidal vieron parte del duelo desde el banquillo, junto a Samuel Umtiti y Jeison Murillo, mientras que Prince Boateng acabó en la grada. Una decisión que visto el rendimiento de Luis Suárez en el verde señala más al ghanés que al uruguayo.
Los rumores sobre su rendimiento se agudizan con el paso de los días. Dos centrales y ningún relevo para dar oxígeno al nueve en caso de necesitarlo. Noches como las de este martes apuntan a la secretaría técnica que dejó escapar a Paco Alcácer, así como la salida forzosa de Munir.
Sin jugar
Valverde tampoco agotó los cambios. La entrada de Coutinho por Dembelé –inexplicable visto el rendimiento de Suárez– surtió efecto. Jordi Alba tuvo más banda para correr y proyectarse en ataque, pero el francés fue durante gran parte del encuentro el jugador azulgrana con más descaro y peligro.
Una foto de Ousmane Dembelé durante el partido contra el Olympique de Lyon / EFE
Malcom volvió a quedarse sin jugar y sin un nueve fresco en el banquillo, Murillo y Umtiti completaron su participación sentados en el banquillo. Una apuesta extraña e inusual. Aun así, su apuesta por relevar al francés por el brasileño tuvo un efecto positivo en el equipo.
La medular, de garantías
Sergi Roberto volvió a su demarcación original y acertó. La posesión y seguridad que ofrece el canterano, así como su disciplina defensiva para replegar junto a Semedo, señalan a Vidal y apuntan a que esa primera prueba tenga continuidad con la competencia de Aleñá, que poco a poco gana peso en el equipo, pero que también se quedó sin disputar ni un minuto.
Una foto de Sergi Roberto durante el partido frente al Olympique de Lyon / EFE
Arturo Vidal entró de forma testimonial y ni se le vio. Sin tiempo, pero como seguro de vida para asegurar la portería a cero de Ter Stegen. La polémica se cierne en la delantera. Con un Suárez que tuvo su peor noche en Champions, que alargó su mala racha a domicilio en competición europea y que, muy a pesar de Valverde, no tiene sustituto de garantías.