Su lesión fue una mala noticia, como todas, pero las previsiones se están cumpliendo. Arthur Melo es una pieza fundamental del Barça de Ernesto Valverde. Frente al Valladolid, los azulgranas jugaron su segundo encuentro consecutivo sin el brasileño en el verde y si en noviembre se pudo paliar su ausencia, parece que este mes de febrero va a ser más difícil de suplantar.
El carioca se ha hecho un hueco indiscutible en el esquema del Txingurri y su incidencia en el juego, en la posesión y la creación ofensiva es tan real como innegable. Los pucelanos ofrecieron muy poco en un estadio que les quedó grande, pero el Barça tampoco estuvo inspirado.
Constantes perdidas de balón en el centro del campo y la zona de tres cuartos permitieron salir al Valladolid de su campo para coger oxígeno, pero al que le faltó garra y ambición.
Sin recambio
Lleva apenas seis meses en el club catalán, pero quienes empezaron a compararle con Xavi Hernández no andaban equivocados. Arthur es sinónimo de posesión, estabilidad en el centro del campo –donde se cuece el juego azulgrana– y una garantía de criterio e inteligencia futbolística.
Arthur supera a André Silva en el Barça Sevilla del pasado 30 de enero en el Camp Nou / EFE
De nuevo el equipo acusó su baja y si no cambia nada, se auguran peores escenarios. Los que están por venir, Olympique de Lyon, Sánchez Pizjuán y el Santiago Bernabéu por doble partida serán escenarios en los que el control del partido será fundamental para acercar a los azulgranas a la victoria. Algo que suele ocurrir con el control del partido, un control que hoy por hoy no escenifica mejor nadie más que Arthur Melo.
Sin juego colectivo
El balón rodó de lado a lado, como siempre que juega el Barça, pero faltó fluidez, velocidad y clarividencia para sorprender al rival. Con el paso de los minutos, todo se ciñó a la inspiración de Messi y Dembelé en acciones individuales. No hubo automatismos, ni juego colectivo que obligara al Valladolid a desestabilizar dos líneas muy bien organizadas la mayoría del encuentro, especialmente en la primera parte con el partido empatado hasta el 43.
Arthur es un jugador distinto y es ya un órgano vital del Barça. Aleñá todavía no puede ofrecer ese juego, Rakitic y Busquets tiene otro perfil y Arturo Vidal no puede tan siquiera compararse. Messi deberá asumir ese rol sin ningún acompañante en esa misión específica hasta que regrese el carioca. Los días pueden hacerse eternos.