Las sorpresas previas al clásico fueron más por parte blaugrana que madridista. Ernesto Valverde y Leo Messi decidieron no forzar al argentino para la ida de semifinales de Copa del Rey y asegurar la buena recuperación de los problemas en los aductores.
Ante esa baja sensible, el técnico del Barça tenía varias opciones sobre la mesa. Apostar por un 4-4-2 con Sergi Roberto y Nelson Semedo en la banda derecha o cambiar al capitán por un hombre de características similares. El Txingurri prefirió la segunda y, por sorpresa de todos, dio entrada a Malcom en el extremo derecho.
Fuertamente criticado en un principio el rendimiento del brasileño fue bueno. Lo intentó y, junto a un buen partido del portugués, fue la banda más peligrosa de los blaugranas en la primera parte. En el segundo tiempo, el extremo pudo poner la igualada en el marcador tras una ajetreada jugada en el área de Keylor Navas.
Solari, más pendiente en defensa que en ataque
Santiago Solari no las tenía todas sobre la suplencia del argentino. Como ya avanzó antes del partido Culemanía, el técnico blanco tenía en mente alinear a Marcos Llorente como pivote. El objetivo del canterano blanco era cubrir entre líneas a Leo Messi y hacerle un marcaje individual. Una apuesta que fue a priori inútil ya que el 10 empezó el clásico desde el banquillo.
El planteamiento del Real Madrid fue bueno, sobretodo en la primera parte. El equipo encontró un gol muy tempranero (minuto 6) y se cerró bien en el medio campo. Con una presión muy intensa acumularon muchos hombres en la medular que dificultaron los pases entre líneas de los centrocampistas blaugranas. En la segunda parte y con el cansancio en las piernas, se abrieron más espacios.
En el extremo derecho, Lucas Vázquez -autor del primer gol del partido- sustituía a un ya recuperado Gareth Bale que esperaba su turno desde el banquillo. El objetivo de esta titularidad era cubrir las subidas del lateral izquierdo culé, Jordi Alba. El de L'Hospitalet fue clave en el gol de Malcom en la segunda parte.
Cambios significativos de Valverde
Con el cansancio dejando huella, Ernesto Valverde realizó un doble cambio en el minuto 63. Entraba al campo Leo Messi por un discreto Philippe Coutinho y Rakitic, que realizó un gran desgaste físico, dejaba su sitio a Arturo Vidal. La entrada del 10 desplazó a Malcom al extremo izquierdo e influyó enormemente en el juego. Cuando el argentino tenía el balón atraía la presencia de defensas y liberaba a sus compañeros.
Una foto de Marcelo en una disputa con Arturo Vidal en el clásico / EFE
Valverde escogió a Rakitic por delante de Arthur para ser sustituido. Hecho poco habitual en el técnico culé. El partido estaba muy abierto y se necesitaba el control, la pausa y la serenidad del brasileño. Con el croata abatido físicamente, el refresco del chileno daba un plus tanto defensivo como ofensivo al equipo.
Carles Aleñá cumplió su sueño. El canterano pisó el verde dando descanso a Malcom en el minuto 76. En los pocos minutos que estuvo en el campo realizó acciones significativas: se entendió muy bien con sus compañeros y llegó a tener el gol de la victoria cuando Sergio Ramos de interpuso entre el balón y la portería.
Hombre por hombre: la apuesta de Solari
Santiago Solari también aprovechó el minuto 63 para hacer un doble cambio. Casemiro entraba por un lesionado Marcos Llorente y Gareth Bale daba descanso a un entregado Vinicius Júnior. El aporte del galés no fue mejor que el rendimiento que dejó el extremo brasileño. En los últimos minutos de partido, el 11 tuvo el gol de la victoria a puerta vacía pero su disparo salió desviado.
En el 84 se producía el último cambio del partido. Marco Asensio entraba por el autor del gol merengue, Lucas Vázquez. La aportación del mallorquín a su equipo fue testimonial. Santiago Solari volvió a dejar sin minutos a Isco Alarcón.
El partido en el campo fue intenso pero en la banda también. Ambos técnicos se guardaron armas por cambiar el rumbo del encuentro. Leo Messi era la más esperada por todos y los cambios culés influyeron más en el partido mejorando el juego del Barça.