Acabado el primer clásico de los tres que se disputarán en el próximo mes es el momento de extraer las primeras conclusiones. El FC Barcelona no logró pasar del empate ante el Real Madrid en el Camp Nou (1-1) y lo deja todo para el partido del Santiago Bernabéu del próximo 27 de febrero.
En el bando azulgrana el encuentro ha dejado dos protagonistas, uno positivo (Malcom) y uno negativo (Coutinho). El 14 se puso el equipo a la espalda cuando más acechaba el conjunto blanco y más cerca estaba el 0-2, y acabó siendo el autor del definitivo 1-1. Mientras tanto, el 7 perdía cada balón que tocaba y se pasó los 62 minutos que estuvo en el terreno de juego cabizbajo sin asociarse con nadie y siendo más un estorbo que una ayuda.
Malcom se reivindica
Fue un fichaje de la directiva, no de Valverde, y el Txingurri se lo ha hecho pagar a lo largo de toda la temporada. Ante la baja de Messi no tuvo más remedio que acudir a él y el brasileño aprovechó su oportunidad. En los primeros veinte minutos estuvo dubitativo –como el resto del equipo– y parecía que veríamos al Malcom de siempre, al que no le salían las cosas.
Pero nada de eso. El ex del Girondins de Burdeos cambió el chip y se puso la capa de héroe. De repente, sin que ninguno de los 92.008 espectadores lo esperara, se atrevió a encarar. Y lo hizo continuamente. No podía tener mejor rival, pues delante suyo estaba Marcelo, cuyo declive futbolístico parece que ha empezado hace meses.
Se asoció con Semedo, desbordó, regateó, centró y remató. En el bando azulgrana, los primeros 45 minutos del encuentro fueron suyos. Todas las ocasiones blaugrana llegaron de sus botas. Dos centros de falta que puso sobre las cabezas de Piqué primero y Rakitic después, y un buen pase para que Suárez rematara, aunque Keylor Navas puso una gran mano y evitó el gol.
El premio para Malcom llegó en el minuto 57 tras una jugada repleta de rebotes. Primero la tuvo Jordi Alba, que llegó muy justo al balón y estampó el balón en el cuerpo del guardameta del Real Madrid. En el rechace Suárez se sacó de la manga un zurdazo con rosca que impactó en el palo, y en el tercer rebote, el balón llegó a los pies del brasileño que no se lo pensó y superó a los tres defensas que había por el miedo para situar el 1-1 en el marcador.
Coutinho, totalmente desconectado
El clásico de hoy se suma a la lista de espantosas actuaciones que ha realizado el brasileño en las últimas semanas. Sin Messi era de esperar que él –o Suárez– liderara al equipo, pero nada más lejos de la realidad. Perdió balones, algunos de ellos muy peligrosos que pudieron costarle un gol al Barça, y se mostró incapaz de asociarse con sus compañeros o de crear peligro.
Valverde, que ha tenido una paciencia infinita con él, lo acabó sentando en el minuto 63 para dar entrada a Leo Messi. En caso de no haber visto el partido, imaginen cómo de mal ha estado Coutinho para que el Txingurri lo sacara del césped antes que a Malcom. El cambio de hoy debe servir de aviso al 7 para cambiar el rumbo. Se acerca el momento decisivo y Valverde ya no va a esperar a nadie.