Ter Stegen, Piqué, Busquets, Iniesta –hasta que se fue–, Messi y Suárez. Estos han sido los nombres apreciados como la columna vertebral en el último lustro. Una lista en la que en el último año y medio se está postulando para aparecer Jordi Alba. El de L'Hospitalet, que estuvo prácticamente apartado en la última temporada de Luis Enrique como entrenador culé, se ha convertido en una de las piezas clave del proyecto de Valverde en el FC Barcelona.
Quizás demasiado. Es el segundo futbolista del primer equipo con más partidos disputados, empatado con Busquets y solo por detrás de Rakitic, que ha jugado un encuentro más. Su estatus de imprescindible no solo se debe a sus grandes actuaciones, sino también a la ausencia de un sustituto natural en su posición. Se fue Digne y no llegó nadie.
La directiva azulgrana apostó por Juan Miranda, futbolista de tan solo 18 años del Barça B. Cuando ha tenido oportunidades –aunque tampoco han sido muchas– no ha convencido al Txingurri. Su mal partido en el Ciutat de València lo sentenció: desde entonces no ha vuelto a entrar en una convocatoria con el primer equipo.
Cambio de banda para Semedo o Roberto
Valverde ha preferido experimentar antes que seguir dándole minutos al joven andaluz. En los partidos en los que Alba ha requerido de descanso ha optado por alinear a los dos laterales derechos del primer equipo, Sergi Roberto y Semedo, a la vez. Y dependiendo del rival varía el jugador que se pone en cada lado.
Sergi Roberto y Semedo en un entrenamiento con el primer equipo / EFE
Probó con el portugués en el Sánchez Pizjuán para frenar las acometidas de Jesús Navas y le salió relativamente bien, pues aunque sufrió, Semedo logró pararle los pies al hispalense en la mayoría de ocasiones. Alba entró cuando quedaban diez minutos para el final y no pudo hacer nada para evitar la derrota blaugrana.
En el último partido frente al Valencia volvieron a repetir Roberto y Semedo. En este caso fue el de Reus el que se ubicó en la izquierda, y sufrió bastante. En el primer gol ché el balón pasó entre él y Vermaelen antes de llegar a Gameiro, que remató a placer. Y el segundo vino precedido de un penalti absurdo cometido sobre Wass, que incomprensiblemente le había ganado la espalda. Valverde se apuró y Alba entró tras el descanso. Salió el 2 y no el 20. La única razón es que Roberto es bastante más ofensivo y el Barça necesitaba remontar.
Alba, un talismán
Su importancia está fuera de toda duda. Ha repartido ya 14 asistencias y es el mejor socio de Leo Messi sobre el terreno de juego. Las estadísticas del equipo sin él en el once titular son espeluznantes: dos victorias, dos empates y tres derrotas, con un bagaje de diez goles a favor y otros diez en contra.
Y son números maquillados gracias a la eliminatoria copera frente a la Cultural Leonesa, donde el conjunto azulgrana consiguió las dos únicas victorias sin el lateral en el terreno de juego (1-0 y 4-1). Los otros dos encuentros de Copa en los que no ha sido de la partida casi le cuestan una eliminación al FC Barcelona (2-1 en el Ciutat de València y 2-0 en el Sánchez Pizjuán).
Piqué y Rakitic lamentan uno de los goles del Sevilla en el Sánchez Pizjuán / EFE
Los dos partidos de Liga donde no fue titular –aunque salió desde el banquillo– le costaron al club catalán una derrota en Butarque ante el Leganés (2-1) y el reciente empate ante el Valencia en el Camp Nou (2-2). Tampoco jugó frente al Tottenham en el último duelo de la fase de grupos de la Champions y el equipo tampoco pudo pasar del empate (1-1).
Esta dependencia es preocupante y Valverde deberá solucionarlo cuanto antes. Alba está sancionado para el encuentro del próximo domingo en San Mamés. El FC Barcelona deberá reponerse de su baja si no quiere acabar de desperdiciar la ventaja que había cosechado hasta el momento en Liga.