Todos rindieron y todos brillaron en sus respectivas responsabilidades. Los hombres de Ernesto Valverde e incluso él mismo cumplieron con las expectativas depositadas en un equipo que tiene muchas cosas, pero en el que sobresale la ambición y la profesionalidad.
Jasper Cillessen
Con muy poco protagonismo en el Barça por su papel bajo la sombra de Ter Stegen, el neerlandés volvió a demostrar su altísimo nivel. Es un portero de garantías y sería titular en cualquier grande de Europa. Cuando su equipo le necesitó respondió. Atajó el penalti a Banega y dio alas a su equipo para conseguir la remontada. La portería del Barça está a salvo juegue quien se juegue.
Jasper Cillessen celebra un gol del Barça frente al Sevilla / EFE
Sergi Roberto
Valverde recurrió a su once de gala y ahí estaba el de Reus. El hombre de las remontadas, el canterano más querido por el barcelonismo y que nunca falla. Presente en ataque, mejoró notablemente su sacrificio en defensa. Ya en el medio volvió a demostrar que ese es su verdadero lugar.
Gerard Piqué
Cuestionado por menospreciar y desvaluar la Copa por sus declaraciones en el Sánchez Pizjuán acalló a sus detractores con un partido para enmarcar. Líder indiscutible de la defensa, no cometió ningún error. Concentrado durante 93 minutos en los que no perdió ninguna disputa área o desborde. Llegó al corte y sacó los colores de la delantera sevillista. Su único fallo el penalti sobre Roque Mesa que enmendó Cillessen.
Clément Lenglet
Acompañó de nuevo a Piqué. Estuvo a la altura de lo que el equipo requirió de él, aunque fue eclipsado por el central catalán. Cumplió y remontó ante su exequipo.
Jordi Alba
El de siempre. Sacrificado en defensa y siempre dispuesto a sumar en ataque. Como no podía ser no faltó su asistencia a Messi de tacón en el añadido. Buen encuentro ante los ojos de Luis Enrique. No el mejor, pero está claro: no hay sustituto para él.
Jordi Alba reclama una acción durante un partido del Barça / EFE
Sergio Busquets
De los tres centrocampistas fue el que menos brilló, pero fue efectivo. Aguantó el balón en algunas ocasiones que supusieron pérdidas para los azulgranas, pero elaboró y cortó.
Ivan Rakitic
Cuestionado sobre su continuidad en el Camp Nou la próxima temporada, demostró por qué merece seguir. Marcó el segundo de la noche –como siempre manteniendo su respeto por su exequipo– y fue una opción siempre para sus compañeros. Rakitic no puede ser moneda de cambio. El croata es más que un centrocampista.
Arthur
El partido pedía posesión y control y allí acudió Valverde. Incrustado entre los centrales cuando el equipo se volcó en campo sevillista, tuvo lucidez y atrevimiento cuando se requirió. Asistió a Rakitic en el segundo y ordenó al equipo. Además, estuvo sacrificado en defensa. No es su fuerte, así como tampoco la velocidad, pero fue una de las primeras caras que se vio siempre en primera línea a la hora de defender.
Philippe Coutinho
Fue el verdadero héroe. Se reencontró consigo mismo y brilló con luz propia. Este es el Cou que se quiere ver en el Camp Nou cada domingo. Doblete y exhibición de alto nivel. Una noche para el recuerdo.
Coutinho celebra su segundo gol frente al Sevilla / EFE
Leo Messi
Estuvo más fallón de lo habitual, pero no se quedó sin marcar a su víctima favorita. 33 goles lleva ya contra el Sevilla y sumó también su tanto número 50 en la Copa del Rey. Si no tuvo la noche de cara para marcar, no falló en las asistencias, de las que solo se aprovechó Sergi Roberto. Cuando arrancó la moto solo pudieron pararle con faltas. Enorme gesto con Coutinho.
Una foto de Leo Messi en una disputa con Roque Mesa / EFE
Arturo Vidal
Entró cuando el partido estaba roto para poner músculo y piernas frescas. Aprobó con nota. Vino para partidos como el de este miércoles.
Nélson Semedo
Ocupó el lateral para dejar a Sergi Roberto en la medular. Velocidad para frenar el cambio de dibujo de Machín con dos puntas. Pasó desapercibido pero sumó.
Carles Aleñá
Con todo sentenciado, entró de forma testimonial.
Ernesto Valverde
Cambió el planteamiento de la ida para remontar. Aseguró que quiere la Copa y transmitió a sus jugadores ese deseo. El once de gala y el resultado final reafirman a un técnico que en ocasiones es cuestionado. Tardó en efectuar los cambios a la espera de Pablo Machín, pero su pizarra y su plantilla superaron al Sevilla. Desde la modestia, volvió a convencer.