Las remontadas normalmente se caracterizan por ser épicas, sufridas y extremadamente complicadas, y más si el resultado del partido es tan abultado como el 2-0 que cosechó el FC Barcelona en el Sánchez Pizjuán. Aunque no fue la remontada más épica que ha presenciado el Camp Nou –el listón estaba bastante alto–, destacó por su brillantez. Fue sufrida durante 20 minutos, épica porque es imposible que una remontada no lo sea y lo que fue extremadamente complicado fue certificar el pase. Hasta el minuto 88' los aficionados azulgrana no podían confiar en que su equipo estuviera en el sorteo de semifinales. El resultado final (6-1) no refleja todo lo que ha sufrido el FC Barcelona para llegar a semifinales.
Todo lo que no se hizo en el partido de ida en el Sánchez Pizjuán se realizó este miércoles en el Camp Nou. Desde el banquillo el planteamiento ha sido radicalmente diferente. Valverde no se ha guardado absolutamente nada. La única sorpresa del once fue Arthur, que parece que le ganó la batalla a Arturo Vidal tras sus buenos minutos en Montilivi. Busquets, Alba, Coutinho, Messi y Suárez. Ninguno de ellos descansó en el partido de anoche. El único teórico titular
Machín tampoco se guardó nada, pues unas semifinales de Copa del Rey no se logran todos los días. Las únicas ausencias destacables del once hispalense fueron los carrileros Escudero y Navas, ambos lesionados. Tampoco jugó Ben Yedder aunque sí lo hizo el portugués André Silva, que no fue de la partida en el encuentro de ida.
Un Sevilla arrollado en la primera parte
Los azulgrana salieron a por todas, como si tuvieran que remontar un 4-0 y no un 2-0. De hecho esa parecía la idea: anotar cuatro goles cuanto antes para evitar que si el Sevilla anotaba un gol dejara vista para sentencia la eliminatoria. La verticalidad y el intercambio de posiciones fue la tónica en los primeros minutos, y la recompensa no tardó en llegar. En el minuto 13 Leo Messi provocó un penalti. Nada nuevo. La sorpresa fue cuando el que se dirigió con el balón hacia los once metros fue Philippe Coutinho, que hasta el partido de anoche no se encontraba en su mejor momento. Definió a las mil maravillas el brasileño. Juan Soriano acertó el lado, pero no pudo llegar al balón, que entró acariciando el poste.
Los jugadores del Barça celebran el gol de Philippe Coutinho
El Sevilla captó el mensaje y poco a poco se fue adueñando del balón y acercándose al área. Tanto que Jasper Cillessen tuvo que intervenir por partida doble para evitar que la eliminatoria se pusiera peor de lo que estaba antes del inicio. Primero salvó un taconazo de André Silva que tras topar en el holandés se estampó en el palo. La más meritoria fue la segunda. Gerard Piqué cometió un penalti sobre Roque Mesa y, tras un minuto de incertidumbre, que se hizo eterno, Banega se dispuso a disparar desde los 11 metros. Disparó a la izquierda del guardameta azulgrana, que adivinó sus intenciones y volvió a salvar el 1-1.
Ese doble susto en dos minutos le sirvió al equipo azulgrana para volver a poner todos los mecanismos en marcha. En el 27' avisó Leo Messi, cuyo disparo topó con los guantes del guardameta sevillista. El que avisa no es traidor, y en el 31' el FC Barcelona ya había igualado la eliminatoria. El tanto lo logró Rakitic, pero medio gol fue culpa de Arthur. El brasileño vio un pase que nadie más en el Camp Nou vio. Bueno sí, el croata. El exsevillista entró al hueco y con un sutil toque con la punta de su bota derecha, batió a Juan Soriano. Tras el 2-0, siguió buscando el tanto el conjunto azulgrana. Lo mejor que le pudo pasar al Sevilla fue que el árbitro indicara el camino a los vestuarios.
El vendaval siguió en la segunda mitad
Y lo peor que le pudo pasar es que el colegiado señalara el inicio de la segunda parte. Nada cambió en el equipo azulgrana, que siguió percutiendo sobre el área del Sevilla. Le bastaron ocho minutos de la segunda mitad para remontar momentáneamente la eliminatoria. El gol, de Coutinho, que en el partido de anoche volvió a recordar por qué se le fichó. La asistencia llegó mediante un centro brillante de Luis Suárez.
Coutinho celebra su segundo gol frente al Sevilla / EFE
Un minuto después, la clasifcación a semifinales ya estaba prácticamente encarrilada. Messi, que como siempre dirigió el juego de los azulgrana como nadie más sabe hacer, la puso para Sergi Roberto. El de Reus, que ya sabe lo que es ser héroe de una remontada, metió el cuarto con un disparo cruzado ante el que nada pudo hacer Juan Soriano.
Reacción del Sevilla
Cambiaron los papeles y el que debía remontar la eliminatoria ahora era el equipo andaluz. El FC Barcelona, de manera incomprensible, perdió el control del balón. Y cuando eso sucede el conjunto azulgrana sufre. Avisó Arana con un disparo que se marchó algo desviado por encima del larguero. El carrilero brasileño no perdonó a la segunda que tuvo y con un chut cruzado puso el miedo en el cuerpo a los blaugrana.
Hubo unos minutos de incertidumbre, pero el club azulgrana logró volver a adueñarse del balón y cuando eso sucede el rival lo tiene muy complicado. La tuvo primero Messi en el 74' y otra vez en el 80', pero en el 88' Suárez ya no perdonó. Ya en el último minuto, el argentino se desquitó y logró el 6-1 definitivo. No falló a la cita y con este gol in extremis logra su gol 50 en la Copa del Rey.
La afición, ausente por tercera vez consecutiva
Solo 58.050 personas presenciaron el FC Barcelona-Sevilla. Se puede ver de otra forma. Más de 40.000 personas perdieron la ocasión de ver en vivo y directo una remontada que será recordada para siempre. El horario y el frío parece que han sido oponentes demasiado serios para que los seguidores azulgrana hicieran caso a Valverde y Messi y alentaran al equipo a lograr la eliminatoria.