Un gol de esos cantados. De los que levantan al aficionado de la silla y ponen un partido complicado de cara, aunque el rival te ponga en apuros. Eso es exactamente lo que habría sido el gol de Malcom frente al Sevilla el pasado miércoles. Un pase perfecto de Arthur, un desmarque de ruptura medido, regate al portero y definición a puerta vacía.
Pero no. Malcom se escoró demasiado y la posición del cuerpo no le permitió golpear el esférico con comodidad. El final ya se sabe. Balonazo a la red, gritos en el Sánchez Pizjuán y una oportunidad de ponerse por delante para cambiar la eliminatoria perdida. El brasileño entiende, desde su llegada, que ganarse un sitio en el equipo es difícil, especialmente cuando solo hay una plaza libre y es precisamente la suya, en la banda.
Con Messi y Luis Suárez intocables, a excepción de las rotaciones, Malcom debe luchar contra Coutinho y Dembelé para rascar minutos en una banda que parece huérfana, pero que cada vez lleva impreso con mayor fuerza el nombre del francés. Valverde lo ha reservado para la Copa y algunos minutos testimoniales en Champions y Liga. Una situación difícil para el brasileño, pero que entiende.
Malcom, muy tocado
El Txingurri siempre ha sido claro respecto a su situación. Si al inicio de temporada, el técnico azulgrana dio a entender que era un fichaje de club y que no contaba con él, poco a poco le cambió de opinión. Se sobreentiende que las declaraciones que da en rueda de prensa respecto al carioca proceden de una conversación que ya habrán tenido. Precisamente en la rueda de prensa previa al partido ante el Sevilla, Valverde espetó: "El futbolista quiere jugar mucho, hacer muchos goles.. lo mismo que quiere el entrenador. Que cuando salga demuestre que tiene sitio, que hace goles, que trabaja para que no nos los hagan. Queremos que se vean sus cualidades en le campo, que se muestren, que sea un jugador decisivo. Es lo que esperamos de él. Luego que nos ayude sin el balón, es lo mismo que quiero de los demás".
Malcom lamentando una ocasión con el Barça / EFE
Con esas declaraciones y un gol cantado en las botas, Malcom está muy tocado. Considera que fue una oportunidad perdida para reivindicarse, para ayudar al equipo –pese a su escasa participación– y cree que parte de la derrota es su culpa. Pese a ello, Valverde no cambió su discurso antes de medirse al Girona: "Malcom es un jugador con muchas cualidades, es vertical y sabemos que siempre puede tener alguna ocasión muy clara durante el partido. Lo que queremos es que tenga continuidad y que intimide al contrario. No es que le falte nada, es que hay otros jugadores y hay que elegir. Malcom tiene que intentar hacerse un espacio como sea porque los otros intentarán hacer lo mismo".
Sustituido
La sustitución por Coutinho, otro jugador que no vive su mejor momento de azulgrana, acabó de hundirle y evidenciar la situación. Valverde recurrió a las primeras opciones para remontar un partido que si hubiera marcado, hubiera sido distinto. Parece ser que la falta de continuidad ha pasado factura al jugador y ha perdido confianza en sí mismo, algo similar a lo que ocurre con Coutinho. Frente al Levante, también en Copa, falló otro ocasión de gol clara ante el portero.
Dos goles que dejó de celebrar y que valora como dos tropiezos importantes. Desde el vestuario la confianza es total en el jugador. Hay ofertas sobre la mesa para que salga este mercado de invierno, especialmente del Arsenal, pero su salida comportaría la llegada de otro futbolista y hay poco margen para buscar en el mercado.