"Todos nos quedamos con la espinita de la Champions por cómo fue la eliminación. Así que prometemos que haremos todo lo posible para que esa copa tan linda y tan deseada por todos vuelva a estar en el Camp Nou". Estas fueron las palabras de Leo Messi el pasado 15 de agosto, en el día de presentación del equipo en el Trofeu Joan Gamper.
El argentino tiene entre ceja y ceja la máxima competición continental después del batacazo de Roma. Es algo que no solo se ve en sus palabras sino también en sus actuaciones: ha anotado seis goles en cuatro partidos en la fase de grupos y ha liderado al FC Barcelona hasta el primer puesto de la clasificación.
Messi anotó de falta directa el primer gol del Barça en la actual Champions League / EFE
El interés por la Champions seguro que está relacionado con sus rotaciones durante este mes de enero. Es inédito que de los seis partidos que ha disputado hasta ahora el club azulgrana, en dos se haya quedado fuera de la convocatoria y en otro entrara en el minuto 60. Se trata de una nueva política: reservarlo en Copa y en los partidos a priori fáciles del Camp Nou para que llegue de la mejor forma posible a los encuentros más importantes y sobretodo, a la fase final de la competición europea.
Ha aprendido a dosificarse
Si hace unos días hablábamos de que la dura derrota de Roma le había servido a Valverde para empezar a realizar rotaciones con más frecuencia, esto mismo se puede aplicar también a Leo Messi. El año pasado solo descansó en 11 encuentros –se quedara en la grada o en el banquillo–, dos de ellos a finales de temporada cuando ya estaba todo el pescado vendido. Esta temporada, pese a estar aún en el mes de enero, ya se ha quedado fuera de la convocatoria en cuatro encuentros y ha empezado el partido en el banquillo en otros cuatro.
El cambio se puede observar también en los respectivos meses de enero. En 2018 se quedó fuera de la convocatoria en la ida de octavos de final y fue sustituido en el partido de vuelta con la eliminatoria ya decidida. Jugó los noventa minutos en los dos encuentros de cuartos de final y en los cuatro de Liga. Viendo también la primera semana de febrero, jugó los 180 minutos de las semifinales de Copa y en el encuentro de Liga frente al Espanyol por fin tuvo descanso, aunque entró en el 55.
Una foto de Leo Messi en el banquillo del FC Barcelona / EFE
En 2019 la situación ha cambiado radicalmente. Descansó en el encuentro de ida de octavos de final, salió desde el banquillo frente al Leganés y se volvió a quedar en Barcelona en el primer partido de cuartos de final. Visto de otra forma: en seis partidos ha descansado más que en los 11 de la campaña anterior. Tanto Valverde como Leo han aprendido la lección.
El viaje a Venecia
Aunque no se ha confirmado, todos los rumores apuntan a que Messi visitó a su nutricionista Giuliano Poser el pasado 14 de enero en un viajé exprés a Sacile. Este encuentro podría estar relacionado con los recientes descansos del argentino, quizás por recomendación también del italiano. Desde que está con él, el número de lesiones sufridas por el 10 se ha visto reducido.
Poser ha podido ayudar, pero está claro que todo gira entorno al batacazo de Roma. Messi no quiere que se vuelva a repetir y por eso parece dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano para evitarlo. Ahora descansa para que cuando lleguen los partidos importantes, esté más fresco que nunca para ser el jugador que lleve al Barça a lograr su sexta Champions League.