Kevin-Prince Boateng es sinónimo de polémica y excesos. El ya jugador del Barça tiene un currículum extenso en su vida deportiva, en la que ha militado en nueve clubes distintos de primer nivel, pero también un historial preocupante en su vida extradeportiva. Los focos se han cernido sobre el jugador más por sus episodios fuera de los terrenos de juego que dentro, aunque no todo es mala fama.
Su infancia no fue fácil en Berlín, y el deporte le permitió llevar una vida mejor para salir de los suburbios de la capital alemana. Aun así, como él mismo ha confesado en varias ocasiones la falta de un referente, el dinero y la fama a una edad en la que todavía era un adolescente pudieron truncar su carrera futbolística.
Fiesta y alcohol, la otra vida de Boateng
"Me acostaba a las seis de la mañana, gané peso por la bebida y la mala comida. Llegué a pesar 95 kilos. Iba por las noches a discotecas seis veces a la semana. Estaba hinchado por el alcohol. Un día me miré al espejo y me vi viejo con sólo 20 años". Una situación que se dio cuando fichó por el Tottenham. Su llegada a Londres le sobrepasó y "me vi rodeado de amigos que no eran auténticos".
Tras su efímero paso por los spurs, recaló en el Borussia Dortmund, donde se encontró con Jürgen Klopp, "el mejor entrenador que he tenido, nos trataba a todos por igual y nos contagiaba su felicidad". Una liga de la que no dejó a nadie indiferente cuando en su etapa en el Schalke 04, fue fotografiado en la sala de control antidopping con una cerveza y un cigarro en la mano. Una imagen que corrió como la pólvora, pero por la que el director deportivo del Schalke tuvo que salir al rescate: "Le hemos dado la cerveza a propósito para que orine inmediatamente y pueda pasar el control. El cigarrillo fue una licencia, sin más".
Kevin Prince Boateng en un control antidopping con un cigarrillo y una cerveza
Sexo y lesiones
Un futbolista de un potencial increíble, pero del que también se le conocen episodios algo más personales. Su mujer, Melissa Satta, contó una anécdota en 2012 explicando los motivos por los que su marido se lesionaba: "Se lesiona porque tenemos sexo entre siete y diez veces a la semana", en su etapa en el AC Milan. Unas molestias que parece que se han alargado en su etapa en el Sassuolo tras haber sufrido problemas de pubalgia.
Gran corazón
Infinidad de episodios impropios de un jugador profesional, pero que del que sus más allegados destacan su gran personalidad y corazón. Incluso todos sus antiguos clubes tienen un gran recuerdo del jugador a nivel personal. Cuando jugaba en el Milan, el delantero detuvo un partido frente por insultos racistas. Una decisión que apoyaron sus compañeros y que puso el pitido final al encuentro en el minuto 26.
Asimismo, cuando era jugador de Las Palmas decidió pagar de su bolsillo un chárter a todo el equipo para regresar a Las Palmas. La UD se encontraba en Valencia por una entrega de premios y el vuelo de regreso suponía una escala Madrid y horas de más cuando decidió hacerse cargo de los gastos.