El Barça volvió a intentar ajuntar encima del césped a las cuatro piezas ofensivas del equipo. Este domingo contra el Leganés, Ernesto Valverde lo volvió a probar, en el minuto 65 entró Leo Messi en el campo sustituyendo a Carles Aleñá, que hasta el momento estaba actuando de interior derecho y de medio punta.
El sistema culé se adaptó a los jugadores que había sobre el verde. Se pasó de un 4-3-3 a un 4-4-2. Rakitic y Busquets hacían de doble pivote defensivo. En las alas actuaban Ousmane Dembelé y Philippe Coutinho. En la punta del ataque, Leo Messi –con plena libertad– y Luis Suárez eran los delanteros de referencia.
El objetivo del técnico era desatascar el 1-1 que había puesto Braithwaite en los primeros minutos de la segunda parte. Y así fue. Los cuatro fantásticos dieron un punto más ofensivo al equipo aunque no compartieron mucho tiempo. Un par de minutos más tarde después de la entrada del capitán, el galo salió del campo lesionado del tobillo por Malcom. Pero el sistema se mantuvo.
Cambio de sistema
El Barça tiene un esquema de inicio claro: el 4-3-3. Ernesto Valverde sabe que este sistema está ligado con el estilo de juego culé aunque, a veces, busca otra manera de sorprender a los rivales. Hay otro objetivo con este cambio de posiciones: integrar a Coutinho en el once.
Messi, Suárez y Malcom celebrando un gol frente al Leganés / EFE
El brasileño necesita minutos y confianza y qué mejor que rodearlo de los mejores. Este domingo salió de inicio con el francés y el charrúa. Y es que ya lleva tres partidos consecutivos de titular y no es el primero que coinciden los cuatro compartiendo el ataque. Ante el Eibar hace una semana se volvió a dar el fenómeno de Leganés. Dembelé salía por Arthur Melo y el Barça volvía al 4-4-2. Solo fueron 20 minutos en el tramo final del partido.
Parece que el técnico tiene un as en la manga. Nunca sale de entrada con este sistema pero es una buena solución para desatascar los partidos más complicados. Con los cuatro delante es más fácil conseguir resolver los partidos.
Sacrificando la media
Los números son claros. Si juegan los cuatro solo hay dos centrocampistas para enlazar las dos líneas. Esto exige mucho físico y buena colocación por parte de los medios. Los pivotes tienen que ser más estáticos y estar pendientes de los contrataques rivales que no de llegar a posiciones ofensivas.
Rakitic y Messi, piezas clave para el 4-4-2 / EFE
Ante el Eibar, la pareja fue Arturo Vidal-Rakitic. Este domingo hicieron dúo Busquets y el croata. Parece que con este sistema se limitan mucho los hombres que pueden jugar en el centro. Arthur Melo y Aleñá no tienen cabida ya que sus labores defensivas no son su punto fuerte. En estos momentos solo tres jugadores de la plantilla pueden equilibrar al equipo: Vidal, Busquets y Rakitic.
El Txingurri ha encontrado una posible solución a partidos atascados. El Barça sacrifica control pero gana un punto muy desequilibrante que es difícil de parar para los rivales. De momento el plan B del Barça pasa por reordenar a los habituales.