Coutinho resucita el debate más caliente en el Camp Nou
El brasileño volvió a pasar de puntillas frente al Leganés ensombrecido por un recital de Dembelé ante la ausencia de Messi
21 enero, 2019 15:30Philippe Coutinho volvió a hundirse cuando empezaba a respirar. Ernesto Valverde le dio continuidad, apostó por las rotaciones, que esta vez salpicaron a Messi, y con un tridente de casi 400 millones con Suárez a la cabeza y Dembelé y el brasileño por las bandas, el 7 naufragó.
El Txingurri apostó por dar descanso al 10 y dar entrada a una dúpla que siempre ha sido cuestionada en el Camp Nou. El Barça dominó ante un Leganés combativo que con muy poco consiguió empatar el partido, y pese a las dudas que ambos sembraron en defensa en el inicio de curso, el equipo fue sólido en la medular. El balón fluyó, pero el desborde y la magia solo surgieron por una banda que cada vez gusta más al barcelonismo: la de Dembelé.
El francés firmó su mejor partido desde que viste la elástica azulgrana y fue capaz de ensombrecer a Coutinho e incluso a Suárez. De sus botas nació el primer gol del encuentro, y fue una pesadilla para la defensa madrileña hasta que un resbalón le dejó lesionado en el verde. Su cambio fue obligatorio, porque la obligación de poner el dorsal de Coutinho en el luminoso era una evidencia que presenció todo el estadio.
Sin confianza
Frente al Levante, apenas hace cinco días, Cou se soltó. Acompañado de Messi y Dembelé, el brasileño estuvo a la altura del equipo para conseguir la primera remontada de la temporada, pero de nuevo no le dio continuidad. Se revivieron los fantasmas que atosigan día tras día al brasileño y todo aquello que atesoran sus botas volvieron a toparse con su cabeza, que parece ser el único obstáculo a superar.
Ousmane Dembelé y Philippe Coutinho celebran un gol del Barça / INSTAGRAM
Su rendimiento genera dudas constantemente, lo intento de muchas formas, pero ya no le sale. La falta de velocidad e inspiración parece que los rivales le tengan cogida la medida, especialmente en sus jugadas predilectas a pierna cambiada. La presión de jugar en el Barça siempre es elevada, pero algo más ha ocurrido. Dembelé ha dado un paso al frente y Coutinho se ha quedado atrás. Ambos intentaron asociarse, se buscaron, pero sin éxito.
Apoyo incondicional
Desde el Barça todas las voces quitan hierro al asunto y dan total confianza al jugador. Incluso el estadio le apoyo incondicionalmente durante el encuentro. Los aficionados corearon su nombre, conscientes de las dificultades que vive el jugador y del prometedor futuro que tiene de azulgrana. Su lesión frente al Inter de Milán condicionó una evolución muy favorable y desde entonces no ha recuperado su mejor versión.
Hay confianza total en que volverá a ser ese jugador decisivo, pero hasta la fecha las cifras no le dejan en buen lugar. Jugar se ha convertido en un examen diario que de momento no aprueba. Frente al Leganés perdió 17 balones y tampoco mejoran con la perspectiva. En Liga lleva cuatro goles y dos asistencias en 1.113 minutos disputados. En Champions, con 501 minutos jugados, ha dado tres asistencias y marcado un gol y en Copa solo le salva el tanto desde los 11 metros frente al Levante. Números muy pobres para un jugador que siempre ha sido un líder nato y goleador. El vestuario y la afición le esperan.