En el último partido copero sucedió una de las cosas poco habituales esta temporada. En el once inicial contra el Levante en Copa del Rey, Ernesto Valverde apostó por Coutinho y Dembelé en el tridente acompañando a Messi. También hizo lo mismo con Arturo Vidal y Arthur Melo junto a Sergio Busquets.
En los últimos partidos el extremo francés le ha ganado la partida al brasileño, que poco a poco va recuperando la buena forma. Lo mismo ha pasado con el chileno que ha convencido al entrenador del Barça sentando al brasileño Arthur en el banquillo.
El equipo técnico blaugrana ha encontrado el equilibrio entre estos cuatro jugadores. Normalmente cuando juega Coutinho lo hace con Melo en el once. Una versión más de toque que desequilibrante. Por el contrario, Ousmane Dembelé lo hace con Vidal, sacrificio y verticalidad para exigir lo máximo a las defensas rivales.
Baile de parejas
En el último partido liguero contra el Eibar se volvió a producir este fenómeno. El Barça salía con el dúo goleador (Suárez-Messi) y Philippe Coutinho. En el centro del campo lo hacían Busquets-Rakitic-Arthur. El resultado fue bueno, control del juego absoluto y un 3-0 en el marcador.
Coutinho y Arthur durante un entrenamiento del Barça / EFE
En el último encuentro del 2018 contra el Celta de Vigo (2-0), Valverde apostó por la verticalidad. Dembelé y Arturo Vidal entraban en el once y sentaban a los brasileños. Esto mismo pasó contra el Levante en liga, partido que terminó por 0-5.
Control contra desequilibrio
El sacrificio del chileno ayuda a equilibrar al equipo en el momento de defender. El extremo galo no es muy dado a cubrir los laterales rivales con vocaciones ofensivas y eso se corrige con el esfuerzo del ex del Bayern. Los brasileños ofrecen al sistema culé un control y un ritmo más pausado. Ideal para rivales preparados para defender.
En el apartado goleador, Vidal-Dembelé ganan con mucha diferencia. El 22 ha marcado dos goles en liga y Dembelé ya suma siete. Los brasileños solo suman cuatro, gracias a las dianas de Philippe Coutinho (4).
Semedo, Arturo Vidal y Jordi Alba celebran el gol de Dembelé al Espanyol / EFE
Valverde tiene este año la deseada profundidad de banquillo. El equipo mantiene jugadores intocables en partidos importantes como Messi, Suárez, Busquets y Rakitic. Las otras dos posiciones se las juegan cuatro de las revelaciones de lo que llevamos de curso. Control contra desequilibrio, el gran dilema de Ernesto en los partidos decisivos.